Sin sentir
Inusitada infringía el rededor aquella mirada
el agobio cambió de nombre
de repente era solo ella
y la sensación que socavaba mi mente
Siempre es bueno sentir
más cuando no se cree
más cuando no se aprecia
Tuve que hacer un alto en el camino
detener mi pensamiento para coordinar mi procedimiento
alinear los pies, destilar la piel
acariciar mi desdén con tal delicadeza
que ni el viento pudiera presumir de mi hallazgo
Pero me vio
me persuadió con un argumento irrefutable
simplemente me consumí en su abrazador mirar
y se fue
se fue mi ímpetu, se fue mi orgullo
se fue el ahínco que me había traído hasta allí por casualidad
Ahí estaba
Arrebatando mi ser, abrumando mi fe
Siempre es bueno sentir
incluso mientras se acaricia una gota de agua fresca en los labios
una gota promisoria
una de tantas que se llevaron consigo
aquella pintura que llevaba observando desde hace algunos segundos
Ya no había mirar
ya no había destello
ya no había
siempre es bueno sentir
y más cuando no se siente
Albura
Capaz de reflejar cada rayo de luz que le acudía
al unísono cantaba su albura y la del día
paseaba tenue entre el céfiro
su mirada encajaba con mi arrojo
un despertar imperante, me atraía
Una corteza tersa sobrevivía
su eco sin desesperanza blandía
un soporte que vaciaba mi duda
una lanza que atravesaba la haronía
un impulso que alargaba vidas
Recuerdo la vida sin ello
y entonces,
persisto en esta bienandanza
de hacer a la felicidad, mía
Muerte
Solloza imperante al no poder asistir al recinto
deambula imparcial
se acerca y resiste
Sigilosa prepara el momento
languidece con la nimiedad de su existencia
pero vuelve, no cesa
Persiste en cada paso
aguarda por algún yerro
pasado o presente
Ríe suspicaz, porque siendo antónima de vida
recobra viveza con mi partida
Ella, tan viva, como yo antes de verle
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