De Musas y poemas nacidos.

De Musas y poemas nacidos.

Calíope

13/09/2019

El loco.

Al traspasar los muros, entré al mundo de los vivos-muertos.

Esos olvidados seres, que llamamos insanos en el mundo de los cuerdos.

Mentes extraviadas en lejanos lugares, jóvenes en cuerpos marchitos

de viejos muy viejos, sin esperanza de salir de ese mundo incierto.

Letanías de horas harapientas, como las que cubren su cuerpo.

Manos ajadas sin caricias, retazos de memoria en lugares cruentos.

Desdentadas risas con hambre de un : te quiero y familias que no vienen

porque ya se rindieron y ellos siguen esperando……desdichados lelos.

Algunos afortunados, cayeron en el camino como antiguos guerreros.

Sin lápidas, ni memorias, ni un requiém diciéndo ; y aquellos fueron…

Deambulan sus risas incoherentes, con abatidos motivos inciertos, que en

los jardínes las bebe el céfiro, que compasivo se presta a sus juegos.

Y yo perdido en el medio buscando a alguien que casi, casi es recuerdo.

que se extravió en el laberinto de los no saben que ya se han muerto.

No deseaba hallarle, no de verguenza ni miedo, tan solo por respeto

pués raramente alguien enloquece de amor, como él lo ha hecho

Bién te conozco y no esperes benevolencia, ni de mí, ni tus recuerdos.

Pués solo te librarán las parcas cuándo del todo hayas muerto .

Aleluya por fin saltarás los muros ciegos.

Atrás quedarán los fantasmas que te vigilaban desde su atalaya para que

que no huyeras ni con el pensamiento, mientras que yo desde aqui,

amigo mío… por Dios que te respeto.

Fin.

Antes de tí.

Preguntas si hubieron otras, claro y que lo diga.

Otras manos, otras bocas, otros ojos y otras risas.

Noches locas de embriaguez, pero no con vino.

Solo amores insensatos y otros amores prohibidos

Y buscandote a ti, bebí de cien manatiales

tratando de saciar esta sed mía, pero el hambre

de mi amor a gritos me pregonaba

que mis manos seguían vacías.

Y por ti mi alma crece, siempre

buscando de luz, pero en aquellos

lugares donde no las había.

Un día y sin buscarte, encontre tu mano tibia,

la que tu usabas como Hada otorgando mis deseos

por siglos y siglos, hasta el final de los tiempos.

Y ahi te quede´ esperando en la esquina de mis

pensamientos con una flor en la mano y en la otra

sufrimientos, que tu calmaste serena, con una flor

en tu mano y con la otra, sosteniendo besos.

No deseo dormir, quero saberme depierto

para olvidarme de las otras, pero tengo

que confesarte, que por ti me muero.

Fin

Déjame que te quiera.

No te vayas ni te quedes, ni me alejes ni te ausentes

Solo déjame tomar tu mano y en el silencio quererte.

No se si serás mía, no se si podré tenerte

Pero si me dejas abrazarte y en tu boca determe…

haré nido entre tus labios por los siglos que se vienen.

Y me recuesto en la almohada nevegando en el silencio

soñando que tu eres mía, sin que yo fuera tu dueño.

Vulnerable y lastimado este corazón sediento

igualmente halló calor de tu verano en mi invierno.

Nada tengo que ofrecerte, porque nada es lo que tengo.

aunque de cierto comprendo, que no coiciden nuestros tiempos.

Pero tampoco se si la luna, ama al sol desde unos cientos,

pero sí se que te amaré, hasta el fin de los milenios.

FIN.

Para mi amiga.

Quizás no compartimos mucho, tal vez nada.

Solo se cruzaron nuestros caminos y

bastó para ser amigos y dió comenzó la magia.

Y me enamoré de tu persona, por se dulce, por ser franca

como una celosía abierta, dándome paso a tu alma.

Comparto tus silencios y te entiendo en la mirada

y tus manos discimulan, cuál palomas asustadas.

Aunque fuerzes tu sonrisa, pongas disfraz a tu ira

o teniendo la razón… te callas.

Y si buscando protección y abrigo no le hallases,

prometo ser tu cobijo y también tu espada.

Pero tu eres brisa y eres calma.

eres marea que se retira cada mañana.

Y solo te puedo ofrecer mis manos,

pues estoy arraigado como una planta.

Te ofrezco mi amistad y besos de mi alma franca

tambien te ofrendo silencios y enseñarte a escuchar la nada

esa que a veces no oyes, por estar apresurada.

Te invito a tocar el cielo y a la soledad…abandonarla

A mirarnos en silencio, que es cuando el corazón nos habla.

Te ofrezco sin razón, todo aquéllo que no poseo.

Escuchando a Vivaldi volar en la madrugada

Trazar en el cielo, con tu mano blanca tímidas sonrisas en nubes con alas.

Soñar que tu eres sol y yo agua que tu eres sombra y yo estatua

y aunque no estemos juntos el uno sin el otro, no somos nada.

FIN.

En el silencio.

En un rincón y escondida has estado tanto tiempo

que no necesito decirte todo lo que estoy sintiendo.

Y en rincones de mi alma me guardo lo que te pienso

gritando tu nombre prohibido con mis ojos y en silencio.

Que tristes que están mis manos al no encontrarse en tu cuerpo

también triste está mi boca pués no te llena de besos.

Tristes mis negras horas, que te reclaman pidiendo

que donde quiera que estés, aún me ames en silencio,

FIN.

Noches de tormentas.

Amiga, bien se que estas triste y por sobrados motivos,

¿ Pero… si me trepo a tu sombra, me llevarías contigo?

¿ Y si me sumo a tus sueños, me dejarás compartirlos

Si me dejas subir a tus alas, volaré contigo y te

preguntaré curioso, será ilegal que seamos amigos

o podré gritarlo como yo pretendo ?

Eres mi dulce debilidad, tenlo por cierto

y si sé que estás llorando, te saldré al encuentro

para llorar contigo, seguro te lo prometo.

además si tú te ríes, juntos reiremos y serás testigo

de que te regalaré sonrisas, tal vez unos diez kilos.

Algún chocolate, junto a un piropo encendido,

acariciré tu alma y seras mi poema mas querido.

que en este viernes de lluvia me quema, por así decirlo.

Tal vez en tí encuentre calor y ría otra vez como un niño

pero aún sin lograrlo, no será tiempo perdido.

pues antes de nacer; ya éramos amigos.

Fin.

Tus puntos cardinales.

Nadie como yo calmó, tus necesidades y caprichos.

Te sentí como un camino, que mil veces desandube.

Y recorrí los helados ríos de tus manos que temblando

ansiosas estan clamando para su abrigo, de las mías

Y en el mar de la tranquilidad de tus labios que navego

busco protección de puerto, bordeando por tus costados

voy al encuentro de la isla, esa que con tu nombre llamo

a un suspiro de latitud sur y hasta tu ombligo, dos palmos.

Reposo en tu vientre plano, tibio Mar de los Sargazos

mientras que rezuman mieles, dos frutos que están dormidos

en las cuencas de tus brazos.

Tibieza hallé en tus curvas, sin detenerme a mirar

y viajando al sur avizoro lo que tiene que pasar.

Conozco bien el lugar invadiendo tu espalda recta

entonces crispan tus manos y anticipo la tormenta

Finjes furia en tus palabras, pero tus ojos sonreían

pues dices que yo surcaba por donde tu no pedías.

Cantos de sirenas tus ayees, culpa de la experiencia mía

y para que entre suspiros y lamentos, pueda calmar tu fiebre

dejaremos que pase un tiempo, para volver a ser amantes

esta vez…hasta la muerte.

FIN

Romance a la Luna llena.

Sorprendida la luna gorda, mojaba con la marea

su corto vestido blanco, tan solo por ser coqueta.

Puso luz a tu hermosura y cantó romance de luna plena.

y con sus colores tenues, pintó tu nombre en le arena,

para luego caminar descalza, por el mes de las hortencias.

Te pintó reflejos de plata, con lucecitas pequeñas,

sortijas puso en tu pelo y embrujo en tus ojeras

para conjurar en sombras, hechizos de luna llena.

Sintió celos de tus pechos, que como dos lunas serenas

se durmieron en mis manos y luego de ansiosa espera

vistió sonrisas de espuma con la suba de la marea.

Su mano quedó jugando, cuando en el agua inquieta

la luna esta vez vestida de oro, semejaba una moneda.

Te fuistes por la blanda arena, por la misma que perseguías

a la gorda luna redonda, que en el agua te sonreía.

Felicisima la luna, ahora en magro cuarto menguante

que para congraciarse contigo, volvió a su gordo talle.

Quiero tener tu sonrisa, mi gorda luna coqueta

y que me guies también, por el mes de las hortencias.

Fin.

Ojos de Luna.

Regálame tus sonrisas, ojitos de luna,

con tus labios de almendra y piel de aceitna.

Acaricias mi nombre, en tus dulces desvelos

gritando me amas, a los cuatro vientos.

Me calzo tu nombre, cuando pasas por mi lado

me obsequias tu tiempo, que es de mi halago

y con tu negro pelo y tus pechos blanco

semejas golondrina dormitando en mis brazos.

Corté mis alas al no poder acompañar tu vuelo.

Ojitos de luna y en mi declarado duelo

te llevo siempre presente,

corazón de fuego y labios de fuego.

Tu susurro es miel, en mis oídos cansados.

Bálsamo de querubínes tus caricias que guardo.

A la noche te protejo cuándo tu sueño velo

buscando el abrazo, sin el cúál no duermo.

Quizás mañana te vea de nuevo y se

me estrujará el Alma, como un papel viejo

lamentando por mi planta, anclada en el suelo.

Bebo del viento enredado en tu cintura,

me bebo el rubor rosado de tus mejillas

y tomo tu sombra para que me persiga

gritando que aunque no te tengo, …eres mía.

Fin.

No se que somos.

Sin buscarnos nos encontramos y de charlas al rato

escuchamos nuestras penas y nos tendímos las manos.

Y apenas sin conocernos, casi como dos extraños

éramos dos seres que se estaban confesando.

Al caer la tardecita nos apuramos dos tragos,

como dos alegres compinches que se han encontrado.

Afuera tambien hacían fríos y nos abrazamos temblando

tal vez por culpa, de antiguos amores malogrados. .

Viendo caer la tarde, como dos pájaros mojados y

por sentirnos cómodos desde el apretado abrazo,

me sentí tentado por abrazarnos las manos.

Y así tomados, nos reímos de algunos chistes muy malos

y nos hcimos caritas como dos payasos.

Y nos encontró la noche con mi mano en tu regazo

y al ocultarse la luna, nuestras bocas se liaron.

Me regalaste una sonrisa que tus ojos me ofrendaron

y me fuí contigo sin caminar a tu lado.

Aun cuando ya no estabas sin haberte ido,

pensé, tal vez no vuelva a verte más, pero

si te acosan las penas, cuenta conmigo.

Fin.

La Hora de la Magia.

Cual es la hora de la magia, me pregunté en elsilencio.

La respuesta llegó de prisa…en cuanto abres tus ojos negros.

Y me propuse llamarte a la hora de tu insomnio,

para bailar contigo enredado entre tu pelo.

Aunque te enojes conmigo y te me quedes viendo.

La luna será testigo, de la magia del momento.

Volver atrás en el espacio, retroceder en el timpo

como cuándo éramos jóvenes y tu bailabas riendo.

Fuí tu prícipe azul y tú Cenicienta huyendo.

y en vez de tu zapatito, hallé trozos de tu tiempo.

Y a la noche hurgaré nostalgias , como cuando bailábamos,

y torpemente te pisaba un pié, y tú como si nada,

continuabas danzando con tu caballero.

Y al entrar en tu insomnio para bailar de nuevo

podré beber otra vez, de tus rojos labios llenos.

Y aunque séamos abuelos volveré a ser tu galán ,

te rescataré de dragones aun en mi gris invierno y así

lograr que creas cuándo digo; de que te sigo queriendo.

Serás mi Musa soñada, que me sigue trastornando,

como dice la canción, » de aquéllos ojitos negros,

que vienen de contrabando»

Fin.

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