Para mí fue como una pesa endurecida que nació desde mi pecho
La noche enmudecida cruje los dientes con amargura
Y yo aquí con frío veo alejarse la lluvia
Que golpeó mi corazón
Solo queda el temor
¿Por qué Dios mío?
¿Qué será de mí en el frío?
Si la lejanía devora la tormenta ahora flotante y leve
Por qué temo el acelerado devenir de la muerte
Temo a la lluvia que en mis pupilas todavía permanece
Que aunque mi vista pierda en el horizonte su sangrienta existencia
Todavía permanezca
Y aun así me espere
Lejos de mí, pero tan cerca de todo
Que tan solo con un recodo
Su acelerada turbulencia venga sobre mí y no deje nada más que los cadáveres de alguna que otra flor compañera
Y en un campo desolado se oiga sin eco las palabras que mi voz intenten pronunciar
Sin poder devolver mi lamento al aire
Seco, lamentos secos en mi anochecer
No sabría decir porque una tormenta derribó los límites frágiles de mi piel
No podría saberlo
Solo espero que la lluvia siga lejos
Congelada como cuadro o pintura
De nubes negras y duras
Y mi caminar no sea recto sino zigzagueante
Que aun así cuando mi existencia vuelva a envolverse en ese funesto horizonte
No sea más que el final y haya vivido alejado de su crudeza
Mi cuerpo en ruinas y lo observo
Mi cuerpo declina y es decadencia
Menudencia
Eso y nada más
La marcha temblorosa de mis pies en esta vastedad
Y el viento demoledor
Luz nublada que insinúa
Una vista mareada al vacío
Cuando cae sobre los hombros
La culpa de elegir el desvío
Cuál es la pregunta que te haces
Cuando rasgas al aire el cuero
Arrinconando tu corazón al delirio
Como cuajo de sangre y saliva
Resuena el dolor del mundo
Desespero un grito y veo morir el día
¿Acaso sabe dónde va mi alma?
¿Acaso es mi vida un atardecer?
Cayendo está el sol de un ocaso
Y la luna no se deja aparecer
Caí al fondo en la neblina
Y la luz que no se deja ver
Caí en picada en la ceguera
Y las llagas queman hasta arder
Oh! Derrame de sangre dolorosa
Oh! Cristales hincándome la sien
Y verme ahora hincado en la tierra
Intento y ya no puedo ver
Calientan la vereda los pies descalzos
Callado siento mi lengua remorder
¿Acaso no es suficiente penuria?
¡Una locura!
Solo queda anochecer
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