Llenar el silencio

Llenar el silencio

Mauricio Rojas

16/08/2019

«YO»

El que pude ser,

el que quise ser,

el que mato a diario

para ser quien soy;

ese «Yo» abortado

juega a existir

con la vida

que juega a ocurrir.


Pensamientos nocturnos

Silencio, la luna negra.

Waits carraspeando en medio

de la pieza.

El fracaso de hojas suicidas

flotando sobre una poza.

El verso agoniza sobre tinta

humedecida

y el poeta muere

cuando nace

el pensamiento.


Memorándum

No te olvides de la lluvia

en Santiago.

Siempre recuerda que otoño

es tu estación favorita.

Acuérdate de Vienna y de que

puedes soñar, pero no creas que todos

se harán realidad.

Ten presente que los perros ladran

y los gatos follan en la madrugada.

Mira al cielo y considera gritarle

sus verdades a la luna.


Llenar el silencio

Ya me cansé de llenar el silencio

con imágenes muertas.


Mirando el camino

Siempre volvemos callados.

Por las ventanas olor

a mierda de vaca y coliflor.

Si no me quedo dormido,

voy mirando el camino. Y lo odio.

Papá pone la radio.

Al fin alguien habla, mi mamá creo.

No la escucho, solo veo su perfil.

Por el retrovisor, papá me mira

fijo. Recién entonces

caigo en cuenta de que nadie

va mirando el camino.


Ellos ríen

Ellos ríen, llenos de polvo,

con el cafecito enfriándoseles

en las manos.

Ellos ríen.

Mirando de lado a lado,

preparándose para la noche,

contando pesos para una caja

de Gato.

Ellos ríen.

¿Y por qué no lo harían?


Rehab

Hoy veo por última vez tus fotos,

lo prometo,

lo juro.

Dejo a un lado tus historias, comentarios

y toda etiqueta donde te peguen.

Me meto a rehabilitación, y de ahí

no me sacas más.

La próxima vez me verás por la calle,

caminando: espalda erguida,

cabeza en alto.

O tal vez no.


Dejar los sueños bailando

La última y nos vamos, cabros.

Resignados, derrotados,

carcomidos por

la noche.

Una más para quemar el último

cartucho,

para dejar los sueños bailando bajo

luces estroboscópicas. Y a las cinco

nos vamos. Sin ellos. Los abandonamos

en el bolso de la rubia, de la morena,

esa que no te dio bola. O los fumamos.

Una más para decir que lo intentamos,

de que fuimos jóvenes, aunque

no lo creyéramos, aunque Dylan dijera

lo contrario;

para vernos las caras y reírnos

con la muerte mientras tambaleamos

y nos cantamos los fracasos.


Lo que me queda de ti

Unos segundos, transformados en loop;

todos los corazones, los posibles rostros

y una barrita que como pólvora

se consume entre mis dedos.

Te veo de nuevo: es lo que me queda de ti.

No es recuerdo, es distancia disfrazada,

es una noche compartida.

Aunque no lo sepas.

Aunque no te importe.

Aunque estés con otro.

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