Desdichada aventura fue embarcarme
en la ardiente odisea de tus brazos
ahí donde se vive plenamente
ahí donde se muere lentamente
No hay rencor en mis palabras
solo la inquietud de estar cuerdo
cuestionando la locura de anhelar de nuevo
todo aquello que botaste y no llevaste
Una cálida sensación de hogar,
con sabor a libertad
una habitación llena de recuerdos
que no me atrevo a nombrar
Una cama, un libro, un alma
una historia, una esperanza
una luz que titila, una frase, un beso
un aroma, un cenicero lleno
Dejaste todo, tu sudor, tu llanto.
manantial de humedad inagotable
marcaste tu paso como huella de sangre
como pacto con el diablo
Eres tu quien descarrila mi senda
por eso enumero lo que dejaste
para no ver todo lo que llevaste
secuestraste el fuego, la gracia
Por eso me escurro, por eso me pierdo
como el humo que botas con los ojos entrecerrados
como la mirada de fuego que solo tu logras
como la dicha misma que arrebataste de mis manos
Trueno al trueno, relámpago de traición
que me sea arrebatada la gracia concedida
que tu mirada cale hondo en mis huesos
que tu gozo sea grande en mi desdicha
LOCURA de los hombres, amar lo que no es propio
desgarramiento de mi alma, surco de mi placer
llena los espacios de dolor, concédeme la deliciosa tortura
arrastrarme hacia ti en tu hermosa tiranía.
Esta noche, al igual que cada noche yo te llamo
ven, tiéndete en esta tu cama, la que reclamas por derecho
ven, deja abierta tus puertas, yo entrare en tu infierno
así me queme, así me duela, así me mates.
Por que esta fría noche amor, prefiero arder y morir al ritmo de tu compañía,
que la buena fortuna de dormir en la fría calma de tu distancia.
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