Pobre, sin techo ni futuro, indigente, empobrecido, cada cual sabe de «su» pobreza, de «su» plan de ayuda estatal y siente el dolor de sus entrañas, su frío. ¡Y ya el «Coro ideológico internacional» le está pidiendo que deje su sangre en las calles…; y «El coro…», ¿se desangrará?.
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