“Puedo enseñarte el gesto que indica ‘mirar la luna’ y el movimiento de tu dedo apuntando al cielo,” le dijo el maestro esta mañana, “pero del dedo hasta la luna es cosa tuya”. La ve brillar desde su ventana y piensa: “¿tan mal actor soy que sigo sin llevar al público hasta allá conmigo?”
-Ánimo, tontito- le dice al oído Mar.
“¿Tan torpe soy que sigo sin decirle que: yo con ella, hasta la luna?” Suspira.
De pronto recuerda: de eso trata el teatro.
-Mar, vámonos de viaje.
“Se trata de ensayar.”
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