Viajar a la madurez deja muchas experiencias, pero nunca te prepara para el desamor.
Aún con la sabiduría duele el viaje a la vejez; duele, porque esta cargado de incapacidad, necesidad, incomprensión y saturado de indolencia de quienes amas.
Llega el día cuando sus amados deciden dejarlo en un hogar geriátrico, donde lo cuidaran sin amor hasta su último suspiro.
FIN
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