Te soñé, más de una vez. Te imaginé, una y mil veces. Te busqué y caminé tus senderos.Visité tu cima y ferias virtuales. Inspiré y exhalé, llenando los pulmones hasta hundir las costillas y solté tan lento el aire que te desvaneciste, imagen de perfecto cielo azul y nubes blancas.
Te me fuiste, Cerro, en un instante, y nublaste mis ojos de lágrimas grises bajo el sol de abril.
Y yo aquí, girando en un iniciar infinito.
Una vez más, solo te pido: ¡Espérame!
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