Nos hacía ilusión planear el viaje. Mi padre extendía el mapa sobre el suelo del salón para trazar la ruta a seguir. En un cuaderno apuntábamos qué llevar en la maleta, las fotografías que haríamos, las comidas, el hotel y comprar algunos regalos para la familia. Habíamos visitado América del Sur y una pequeña parte del continente europeo, fue entonces cuando papá dijo que no podíamos viajar más. Me dio algunas excusas. Ya no llegaban a casa aquellos magníficos fascículos y mapas de viajes..
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