—¿Quién dijo que no se puede viajar en el tiempo? —cuestionó a su nieto.
Ayer fui a visitar a mi madre a España, estaba más bella de lo que recordaba, la abracé, le di las gracias por haber sido la guía de mi vida, le dije que su ejemplo me convirtió en una persona de bien, y que nunca deje de decirme que me ama, porque eso me hizo un hombre fuerte.
Hoy viajaré al futuro y te felicitaré por perdonar a tu hermana, por seguir mi consejo.
El niño lo abrazó.
— lo haré abuelo, te amo.
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