Ese viaje que no planeas, pero terminas haciéndolo. Estás sólo, no hay billete de avión, no hay mapa, no sabes a qué aferrarte. Sin idioma conocido, ni sabor, ni olor… sin costumbres, nada anhelado, nada perseguido. Llegas al punto de «non ritorno»,haces balance, rescatas lo bueno,deshechas el dolor; todo está bien,todo es sincero, extiendes tus alas, miras atrás,te sientes en paz. No necesitas maleta, ni perfume, solo tú y tú circunstancia. Es tu último viaje, y vas a disfrutar del trayecto.
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