Yo soñaba, frente a nuestros ojos surge la esplendorosa obra de arte del Partenón en Atenas, que tanto soñamos ver. Ahí estábamos los dos sorprendidos de ver tanta belleza. El sol radiante enalteciendo las bellas columnas blancas de marmol, nos remontamos en el tiempo y creamos nuestra propia historia. Tú ahí como un Dios Griego paralizado, como si fueras una estatua que cobra vida y que pertenece a esa cultura y yo como tu Diosa Atenea esperando la llegada de su amor.
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