A escasos metros de llegar, los alumnos cargados de libretas, ríen y corren antes de que suene la campana. Pero la campana sonó antes de tiempo.Y los que corrían cayeron y los que reían callaron. Mis oídos vuelan, mi cabeza arde.
Dos kilómetros nos esperan cada mañana para ir a la escuela. Dos kilómetros de peligro en los que mamá se convierte en leona. Una leona con la que he compartido siete meses de aventura, y aún no le he visto la cara. Mi leona, con la que comienzo un nuevo viaje.
Maisa
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