Voló la llanta delantera en medio de la carretera y la Fiat fuera de sí dio varias vueltas lanzándolos uno después del otro, Lilith desenfrenada, sin dolor por la rotura expuesta de clavícula, buscaba a Benjamín, a quien lo halló metros más allá, muerto, juntado como un amasijo de ropa sucia, tenía la cara desconocida y desinflada como una máscara de utilería, un enorme chisguete de cerebro humeante se mezclaba con la tierra, absorta e incrédula introdujo los dedos para luego llevarlos a la boca

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