Mis pies me llevan a cualquier lugar
pero mi mente viaja sola.
Por esto me he acusado muchas veces,
por no saber ir de la mano ni conmigo,
ni con nadie.
Porque no me encuentro
queriendo ir a cualquier lugar,
a sabiendas de pasar por mi pensar
recuerdos que no puedo borrar.
Todavía no he llegado a mi destino
que sé de sobra que no está escrito.
Mi latir marca el ritmo de mis silencios
y mis pasos el ruido que no he hecho.
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