Cuando todas las luces se apagan
quedando solo en el escenario de la vida
sin público que mire, aplauda, sonría
critique ni que se tenga que contentar.
Cuando todas las luces se apagan
solo te iluminas con la luz de tu alma,
la sombra de tus pensamientos te rodean
murmurando en el silencio de tu soledad.
Cuando todas las luces se apagan
es cuando se enciende el faro de tu corazón,
aquel que ilumina el mundo con su esencia
su latir, su amor y su manera de sentir.
Cuando todas las luces se apagan
quedas solo en el escenario de la vida,
hay ausencia de aquella audencia
caracterizada por su sonrisa fingida.
Cuando todas las luces se apagan
permaneces a solas contigo mismo,
tu verdadero ser emerge de las sombras
dejando atrás su anterior mutismo.
Cuando todas las luces se apagan
estás desnudo de cuerpo y alma,
indefenso ante el mayor de los temores
presentar batalla sin ningún arma,
ante la presencia de tu ser verdadero.
Cuando todas las luces se apagan
es el momento de ser honesto y sincero.
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