Deseo tenerte constante, indivisible, táctil, presa de mí.

Deseo que mis dedos sean incendio en tu cuerpo, que mis labios esparzan la saliva en tus poros y por la mañana levantar los frutos de nuestra exaltación.

Te deseo inseparable, sensual, cándida, hurto de mis ojos.

Deseo la sabana en tu piel, mi yema en tu pleno, nuestras llamas conjugándose en el anochecer. Deflagraciones en el crepúsculo.

Deseo tu lágrima, tu felicidad, tu risa y tus mímicas improntas.

Te deseo no solo a ti, sino a todos tus pasadizos, recovecos, sinuosidades; recorrerte y vibrarte, dentro y fuera de nosotros.

Deseo la firmeza de tus senos, tu pezón deseoso de mis labios.

Deseo tu libertad en mi libertad, amada entre mis poesías, serena entre mis versos, sangre de mis letras.

Deseo tu piel llovida, el vaivén de tu cadera, tu muslo pegado en mi cintura.

Te deseo toda venida entre mis piernas, chorrear tu saliva de mi boca y dentro de los dos ser uno solo.Ser corriente eterna y encarnada.

Deseo tu clítoris entonado en mi dialecto. Honrarte en tu grito y volvértelo a brindar en la eternidad. Juntar nuestras locuras y cantar frente al reloj del lapso.

Deseo tu herida, curarla; seamos muerte y vida, los dos, dormidos, perdurables y encadenados en el tiempo.

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