No es como si mi tinta enfurecida gritase entera verdad
Tampoco se me ha acusado nunca de escritor ni necio poeta
Pero cual sabio presagio en busca de descarada vanidad
Postergo mis venas y relevo a su reina a eterna condena
Puesto que ella me sentencia, pero permítanme aclaro
No es que cambie su amar a causa de mi necedad eterna
Explico, cual temor que a todo hombre somete, no se escapa
Por eso está que en mi pecho tiembla siempre será ella
Quemando lento lo que todo anciano bautiza como etapa
Aclarada mi sentencia, expreso en el desespero de ebriedad
Aquellos tormentos que parten mi pecho y escriben con filo
Quien dibuja estas letras no es el alcohol, es mi torpe honestidad
Temiendo por tus lagrimas explico lo que no debería y pretendo
Pretendo tonterías derramadas como gotas de agua en plena lluvia
Admito sobrio de delirios, yo, quien te ama aun necio del recuerdo
Grito empecinado y egoísta por tu presencia y los títulos de tus llantos
Pero quien soy yo realmente para exigencias cuando nunca fui cuerdo
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