No sufras, corazón, no llores,
ni busques infructuosamente
la rima que murió, que ya es ceniza!
Un día vos y yo escribimos versos
de amor y de dolor, un día…
Hoy que las palabras son libres
te enojas y olvidas que ayer
por esa libertad dabas tu vida.
Ahora solo escribes palabras asonantes
y la música la ponen los ojos
que bailan en media punta
entre tus acentos y sus signos de admiración.
No cuentes más las sílabas y los renglones,
ni busques la palabra que hace rima con “amor”
Ves esa puerta abierta en la jaula?
pues solo el miedo podría detenerte
y miedo no rima con nada.
Y si un día sientes el alma de Bécquer a tu lado
intentando leer estas palabras
ofrécele un café, distráelo con un whisky en la terraza,
no dejes que llore sobre tu cuaderno,
invítalo a mirar lejos y hazle creer
que están por volver las oscuras golondrinas.
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