+4
Hoy
Me entrego al día con el primer sorbo de café
mi alegría es serena y me susurra una sonrisa.
En el aire flota el silencio de las rutinas aún dormidas
mis pensamientos se acurrucan en el sillón mientras veo el amanecer
Inspiro y exhalo.
Barcos
Levanto mi barco al aire como un cometa en tiempo presente
nuevas ilusiones lo impulsan
le gustan los fluidos más fluidos
y le saco la lengua a la entropía
Una corriente le rasca una vela del costado derecho,
y una nube le hace cosquillas en el casco
yo me divierto mientras sujeto el timón desde el agua.
Instantes
La alegría cuelga de mi cintura
y el ritmo explota en mis cuerdas vocales
aprovecho esta felicidad resbaladiza
para jugar a que soy contagiosa
solo por el tiempo que dura una carcajada.
No tengo grandes pretensiones
bailo descalza, siguiendo mis latidos
y salpico con mi risa sin remedio.
Aprendiz
Abrir es un verbo que suena a esperanza
y genera una tormenta entre mis dedos
merodeo inquieta entre los pliegues de mi memoria
buscando esa imagen única, que me produzca un respingo.
Me arqueo atenta en el silencio que se escurre
justo en medio de una sinfonía
mi alma palpita con miedo entre los acordes
pues sé que allí, justo allí descansa todo el misterio.
Espero con ganas un milagro
mientras amaso el diccionario con la fe de los filisteos
y es cerrar el abismo que existe
entre estos versos y una auténtica poeta.
+3
Puerta amarilla
Muda como esta puerta amarilla,
como estos dedos torcidos,
como todas las acciones ampliamente ignoradas de mi vida.
Muda como las palabras secas,
las lenguas vacías, los días perdidos
y las ausencias imprevistas.
Mis músculos tiritan a la intemperie,
vencidos por la voluntad de quedarme quieta en medio del invierno.
Con las manos en los bolsillos miro al cielo
y las botas que enfundan mis pies, crujen de impaciencia.
Mientras tanto, mi piel guarda el secreto.
Las aristas de los cristales de nieve se clavan en mi boca
y cuánto más punzantes los siento, más nieve trago en una espiral suicida.
Quiero congelar mi garganta para no sentir el dolor del silencio.
Desde que esta puerta amarilla se cerró, no tengo nada que decir.
Óxido
Te desdibujas en mi memoria con cada respiración.
El viento aúlla y despeina tu risa.
Cierro los ojos y un tejido de pestañas te protege.
Entonces me lanzas un beso que recibo como un hallazgo, porque encierra tu olor.
Buscas alcanzarme pero sigues inerte cual si fueras una estatua de arena,
perdiendo granos segundo a segundo.
Como un ladrón intentas arrebatarle humedad
a cualquier recuerdo vecino para sobrevivir.
Agonizas de inanición, pues no te alimenta ya ningún presente
y la respiración, que es la manifestación del tiempo
ejerce la transformación química ante tu mirada perpleja
cada vez más oxidada, cadavérica y estática.
Un día abriré los ojos y sentiré espanto.
Leviatán
Mi pequeño leviatán duerme en su pecera con resignación.
Lo acaricio con la mirada mientras suelta burbujas al ritmo de sus latidos.
Cuando me descuido pasea su tristeza por las estanterías
y emite ruidos que identifico como el crepitar del miedo.
Me observa y extiende una de sus garras
para jugar con un mechón de mi cabello.
Se arrincona detrás de la lámpara de la mesita de noche
y su sombra se proyecta como la de un monstruo maligno.
Él cree que está escondido y que así,
sin que nadie se fije en él, está a salvo del paso del tiempo.
Mi pequeño leviatán crece cada día sin poder evitarlo.
Falta poco para que llegue la primavera y tenga que marcharse
Todas las épocas en reunión duran poco.
Lo único eterno es la soledad.
+2
La hora de la merienda
¿Vamos al lugar secreto?
Quiero tenderme debajo de las glicinas contigo
a soñar que el cielo es lila
y huele a juventud y a posibles.
Te invito a que desvalijes mis miedos
a que recorras todos mis pasillos
a que chapotees en mis charcos
y a que me permitas volar libre.
Téjeme historias en la espalda
es momento de dar envidia al universo.
Una buena hora es la de la merienda
sin necesidad, pero con apetito.
Sacramento
Mi lengua quiere bailar en la esquina de tu oreja
y mi nariz revolotear sobre tu espalda
Te concedo la oportunidad de decidir donde quieres mis ojos
mi mirada está tibia.
Podemos hacer un festejo en la palma de tu mano
comer canela y saliva mezclados con pimienta
que el aire se erice con nuestros suspiros
¿Me dejas tocar la hebra que te hace cosquillas?
Me acompañan mil luciérnagas
y esta esquina está llena de mi olor.
Hay grillos y ranas como música de fondo
¿Bailamos?
+1
Tótem
He sido lágrima y sonrisa
antes de que habitaras en mí
He sido débil, superficial e ímpia
y no me cautivaba ninguna flor en abril.
He sido vendaval y tormenta
trifulca, motín y adversidad
pero ahora tú guías mis pasos
ahora siento paz y libertad.
Protégeme, mi guardian personal
protégeme de mí misma y de los demás
tú eres quien mejor lo sabes
estoy sacrificando mi lado animal.
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