Bosque

Los bosques están vacíos.

Ya no se ven los pájaros andar surcando los aires, ni se respira el aroma de las flores.

Ya la tierra no es bronca ni tiene el color de cobre.

Ya no hay hombres talando árboles, ni los jóvenes acampando a la orilla del río.

Ya no hay el barullo de las ardillas y los ratones, de los ciervos y jabalís.

Ya la chimenea de la cabaña no barrunta los cielos de humaredas, y dibuja el rostro del abuelo en el firmamento.

Ya ni el arco iris deja ver sus colores, ni el camino se pone cacarizo con el andar del excursionista.

Ya no hace ni frío ni calor, ni siquiera nos sentimos alegres, ni cantamos al compás del cauce del arroyo.

Ya no comemos grillos ni atrapamos mariposas.

Ya no hay ni caballos que montar, ni toros que lidiar.

Ya mi cabeza está rapada, y las letras nos alejan aún más del bosque.

Ya es hora de volver a dormir.

Ya es hora de volver a soñar que hay bosque, hachas, ruedas, pies, libertad, alas, dientes, oídos, madera, respirar, agua, hambre, tiempo, piedra, colores.

Ya no hay otra opción que creer que hay un bosque y que es posible escribirle éste poema.

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