el danzar de las letras.

Esas cuatros paredes que rodeaban mi mente, el silencio que aturdía mis sentidos, era yo y mis letras el susurro al oído de aquellas palabras que jugaban a adivinar lo que continuaba.

Era entrar a mi mundo mágico, las veía caer como gotas de inspiración que solo fluyen de un pensamiento, formando una y otra oración que se unían en procesión con sentimientos propios, soy el instrumento para darles vida.

El impulso y la sensación por mi sangre se sentía, el corazón latía, el deseo era involuntario cuando ellas querían danzar, mis dedos recorrían el teclado, música para mis oídos, adicción incontrolable de versos.

Es mi pasión, sanación para mi alma en momentos de desesperación y soledad.

Ellas son mis confidente en el amor, hablan por mi al expresar mis sentimientos ya que mi voz se tartamuda cuando la timidez recorre todo mi cuerpo.

Sentada en aquel viejo escritorio de madera, el escenario perfecto para que mis letras salgan a danzar.

Las amo y espero que algún día, ellas sean el recuerdo de una vida que se inspiró en lo más sencillo y le dio magia a cuentos, revivir personajes, crear escenarios que hagan soñar a muchos.