Fueron tantas que desembocaron en el mar
Desembarcando las anclas frustrantes que dejan inertes y sin ganas
Las palabras poco lucidas toman aire y se sumergen
Llegando al mundo en donde pesas menos que tu propia conciencia
Que cada día da batalla para convencerte de lo que no eres
La tormenta proclamada desordena las aguas tranquilas que bañan y alimentan
Son los misterios que se esconden en el horizonte tan allá que pierdes tu lugar de origen
Sin poder acercarse un poco
Con un manojo de sueños que aún no recuerdo dónde lo deje
Me dirijo fijo a la maleta de las necesidades
Enpuñando fuerte el hambre por la alegría
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