Bajo sus ramas, chica descansada
olor de media tarde soleada, comía
una manga madura, manchaba su cara.
Otra media verde, con sal deseaba.
Escondida en el canchón de la casa, saboreaba.
Mientras los gritos de una tía, interrumpía
rápidamente se aseguraba.
A veces era acompañada, otras solita se mostraba.
Mangos en el canchón,
siempre a media tarde la esperaban.
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