La culpa y mi padre
He de decir que me siento golpeado.
Y es que he visto en mi padre sus ojos cansados.
Lo he visto apartarse a llorar en silencio, por su duro esfuerzo,
por su soledad y el desinterés con que a veces es tratado.
Comemos juntos a diario, pero ¿hace cuánto no lo miraba?
Su pelo se ha vuelto cano, su piel se ha ido arrugando. Y lloro.
He sido duro e impaciente con el hombre que me amó desde antes de salir del vientre.
Y ahora se nos va la vida, y lloro su perdida aunque aún lo tengo.
Se quedó dormido mi viejito.
Con su dolor de espalda y sus sueños marchitos.
Quiero tu abrazo mi héroe. Te he despreocupado por darte por sentado,
pero los años en ti dejan su marca con cada paso.
Hoy descubrí que te necesito y que no te he dicho que te amo.
Por favor despierta mañana para tomarte entre mis brazos.
He sido distante, pero era yo el equivocado.
Con todo lo que me has dado, mi amor eterno te has ganado.
Perdona a tu hijo, oh padre, y que me perdone el tiempo.
Y que me dé la oportunidad de eliminar tus silencios.
De eliminarlos con bromas y con mil «te quieros»,
para que seas feliz y sepas lo que por ti siento.
Amor, distancia y pasado
Hoy desperté con ganas de amar tu recuerdo
pero estando acá tan cerca
no me permites hacerlo.
Amo tus besos y caricias.
Amo enredarme entre tus brazos
pero ¿y si nos tomamos un rato?
No para engañarnos.
No para odiarnos ni para evitar pelearnos
sino para reencontrarnos.
Aléjate un momento y vuelve desnuda,
pero no desnudes tu figura.
Desnuda tu alma; quítate la locura.
A veces pienso en lo que éramos y te amo.
A veces te recuerdo feliz
y al ver tu descontento temo que quieras partir.
Asi que vete.
Vete lo más lejos posible y no me hables
que sin ti no sé vivir.
Vete y ya no regreses. Deja que vuelva quien eras.
Yo me he equivocado pero mi amor siempre ha sido el mismo.
Demostrártelo he intentado.
Aléjate pronto.
Vuelve y no tardes.
Me está cansando escucharte
pero solo vivo para amarte.
Sin siesta hay molestia
Me molesta el valle,
Y me molesta la montaña.
Me molesta que no me dejen hacer
lo que se me venga en gana.
Me molesta el tiempo,
me molesta el frío
y me molesta el sueño.
Y de paso, me molesta el payaso y su cara de inepto.
Me molesta la sombra que me sigue de día
y el hambre que me sigue de noche.
Me molesta andar bajo la lluvia
y que no me monten en coche.
Y me molesta la noche.
Sí, me molesta.
Porque no puedo dormir
con tu estúpida fiesta.
Tráeme la mamadera de una buena vez
y léeme un cuento bien lindo
que estoy rabiando mañoso
¡Ya debería estar dormido!
No parece sabio
Hoy me he atrapado a mí mismo soñando despierto.
Me he tomado por sorpresa.
Me descubrí en el acto mismo de pensar como dicen que no debo.
Y es que hace tiempo mi corazón me juega trampas,
y a esperar se dedica, a la niña de mis sueños.
A veces juego a pensarla, a veces la sueño;
en general no me importa.
Pero hoy me he descubierto pensándola rota.
La felicidad mutua parece un sueño, pero de ese sentimiento, al parecer, no soy dueño.
Me pienso mirándola llorar de lejos.
Me pienso acercándome con cuidado.
Me pienso presentándome desinteresadamente.
Me pienso invitándola a hacer nada. A caminar sin rumbo.
Me pienso tomando en mis dedos una lágrima desde sus mejillas, y me pienso intentando robarle sonrisas.
Me pienso quitando escombros de otros males para reconstruir su confianza.
Me pienso luchando por llenar el vacío que producen sus temores y silencios.
Pero si yo estoy bien ¿Qué provecho saco yo de esto?
Eso me preguntan.
¿Que qué provecho?
Como si el buen amar no enriqueciera el alma.
Encontraré algún día un alma en paz, pero será demasiado fácil.
Cualquiera puede con eso. La dejaré ir.
Yo sueño con mi pequeña de alma quebrada, que trata de reír pero la congoja se la gana.
Besaré sus lágrimas.
Me ganaré su confianza.
La amaré primero y, cuando esté sana, que sea ella quien decida.
No parece sabio, pero el que nació para doctor no puede hacer más que curar heridas.
Lo demás no se me da. Nunca se me daría.
De etiqueta
Hoy decidí creerte.
Salí temprano, como siempre.
Como sabes que me gusta
para no andar corriendo y no robarle a nadie el tiempo.
Caminé abrigando esperanzas
tal y como abrigué mi cuerpo para protegerme del frío de la mañana.
Por cierto, me topé con tu hermana. Dijo que quedaste de llamarla
pero que hacía tiempo que de ti no sabía nada.
Le di la excusa de siempre: que son tus ocupaciones las que te mantienen ausente
pero que pronto te liberarás del trabajo, si es que tenemos la suerte.
Cerca del punto de encuentro decidí asegurarme.
El día partió bien, y no quería desilusionarme.
No otra vez. No como ayer. No como siempre.
Te llamé, por tanto, pero no logré hacer el contacto.
Disminuí el ritmo de mi andar; aquieté mis pasos.
Miré alrededor y me detuve un rato.
Te compré un presente: flores.
Creo que son las que te gustan.
Al menos eso me dijiste.
¿Puedo creerte al menos en eso?
Ya me pillaba la hora y me permití un trotecito.
Torpe, ansioso e innecesario, porque claro
todavía no llegabas. El lugar estaba vacío.
Hoy me vestí de etiqueta
porque quería agradarte.
Hoy me vestí de etiqueta
solo para desgastar el traje.
Ya no temo perderte.
Tu ausencia es rutina pues nunca estás presente.
No temo ha dejarte ni temo al fracaso.
Hoy me vestí de etiqueta porque me voy de tu lado,
pero en mí torpeza,
confiaba en que al menos hicieras el intento de retenerme en tu abrazo.
Lugar completo, lugar secreto
Que grandes aventuras tengo
Cuando por fin te duermes y me levanto en silencio.
Compruebo que no te hayas despertado.
De haberlo hecho
Siempre está la excusa de que voy al baño.
Que bien. Sigues dormida.
Puedo dejar la habitación como un ladrón lo hiciera:
En silencio y a hurtadillas.
Bajo las escaleras y salto a los azulejos.
La cocina, de entre todos, es el lugar más completo.
Busco un bocadillo de media noche y siempre, siempre lo encuentro.
La noche es el mejor momento
Para comer lo que se me prohíbe de día.
Por eso es algo oculto. Por eso la algarabía.
Me siento infiel a veces
Por esconder de ti estos momentos
como si el refrigerador fuese mi amante secreto.
Pero el hambre no abandona hasta que se da por satisfecho
Y hasta comer por puro gusto es algo que, al menos a mí, me emociona.
Es tonto, pero comiendo estoy contento.
De camino, loco y feliz
Voy caminando feliz
y me miran como si estuviera loco.
Oiga señora ¿bailamos?
Bueno, tal vez lo estoy, pero solo un poco.
Sonrío a la vida y me rio de la muerte
hoy podría yo reírme
hasta de mi cepillo de dientes.
Entono una cancioncita y saludo a unos niños.
Me miran con extrañeza
pero me siguen el jueguito.
Le sonrío a una dama
y sujeta su cartera.
Como si mirarla sonriente en un delincuente me convirtiera.
Que gris es todo esto.
Lo pintaría de verde.
Que poco simpática es la gente
¿será la tristeza una peste?
Me río de un borracho que apenas se sostiene
y me río de la risa de los que lo miran desde la vereda de en frente.
Me acuerdo de un chiste y me río a carcajadas.
Es repetidísimo y hasta aburrido,
pero me rio igual
solo porque se me da la gana.
Quieren que me ponga serio
dicen que parezco tonto
pero la pesadez de ellos parece joroba en sus hombros
Que risa.
Que pena.
Que risa.
¡Que viva la tontera y que la alegría nunca muera!
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