Así, casi imperceptible,

un detalle aquí y allá,

un adiós que no fué

un beso que nadie dió,

sin sorpresa alguna su fría mano

oprimiendo mi corazón.

He visto y ya sé, no es la muerte

ni siquiera la soledad ingrata,

es el olvido que me desaparece

haciendo de mí un ánima invisible

arrastrando sombras y me anochece

sin que pueda alcanzar el día.

No siento latidos en mi pecho,

no escucho mi respiración,

no hay un gesto, una mueca, un rictus

ni rayo de luz que destelle la mirada gris

o una lágrima de cristal que cruce la apatía

de días y días sin señales de vida.

Los años que arrasando pasaron

son los jueces que me condenaron

y transformaron en un cuerpo inútil

sin valor, sin existencia ni virtud,

en un rostro, de arrugas surcado,

una rosa marchita muriendo en un rincón.

Pero mi alma guerrera y

eterna luchadora, no se rinde,

si acaso pudieras escucharme,

quizás, desde el exilio

mi voz pueda llegar en el viento,

rasgar en tu oído, entrar en tu alma.

¡ Soy yo, soy vida, pletórica de caminos

muy poco no he visto o he soñado,

he amado, he reído con estruendo,

he llorado, conozco el goce y el deleite

el placer, el cansancio y el descanso,

soy vida, aún te puedo acompañar!

Hoy corres apresurada

queriendo alcanzar el mañana

y si tan solo quisieras

por una milésima de segundo,

si quisieras mirar y encontrarme,

un bello momento de reposo,

acurrucada, en mis brazos te daría.

Podría decirte, advertirte, no corras

el mañana te atrapa siempre

y pierdes el presente, el hoy,

misterioso regalo , que cada día está,

ábrelo y rasga el envoltorio

ríe y se feliz cada despertar.

No temas por el futuro que no llega

por más que el hombre corra

jamás sus manos lo rozarán,

es que nunca puede ser,

más allá de su existencia

siempre será y nunca es hoy.

Pero yo que aquí estoy

que por mucho tiempo

fui todo tu mundo, tu presente,

no quiero volverme tu pasado

no quiero la sal de tus lágrimas

cuando me haya ido.

Solo mírame por un instante

siéntate a mi lado, hablemos,

si corres no puedo seguirte,

pero si caminas voy a tu lado,

no me arrebates las caricias

y el amor que tengo para darte.

Es por un rato, no soy eternidad,

pero si caes aún te puedo levantar

si hay niebla en tu camino

puedo ser luz y te he de orientar,

en mi camino, mil errores cometí

y dos mil aciertos cuando aprendí.

No te aflijas, no pienses,

no he de privarte del error

que el tiempo volverá saber,

solo estaré ahí para animarte

alimentar tu valor y coraje,

ser tu faro en la oscuridad.

Te prometo que te divertirás

y cuando llegue mi final

libremente, sin culpa alguna,

tranquila me dejarás partir

y seré tu recuerdo más bello

el que siempre te hará sonreír.

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