La pena de la Bauda

La pena de la Bauda

No tengo para cuando,

reír a carcajadas y que la pena no rebote.

No tengo para cuando.

Intenté bailar,

pero las articulaciones duelen cada miércoles a las 8.10 am

También los martes y otros días que marcan 27 y 26.

Aún puedo contar con los dedos de la mano tu cuerpo frío. Y no sé qué dolerá más:

a) ¿cuándo los dedos ya no alcancen y tenga que sumarlos una y otra vez?

b) ¿cuándo me confunda de años y el grito de nuestra madre siga retumbando en la garganta?

c) ¿o la mirada perdida de la Elsa. Buscándote?

d) Todas las anteriores

No tengo tus 36 más que mis 32 repasando nuestros caminos de barro.

Momentos [comemos escarcha de las pozas]

Estoy hecha hüio, mareada ¿por dónde salió tu alma?

En la multitud siento más tu ausencia.

Me quitaron la montaña.

Desapareció.

Tengo raíces astilladas perdiendo savia.

Fuerza.

Memoria.

Ni el consuelo de que Dios necesitaba un ángel alcanza.

Ahora hay todo un bosque mirando al cielo.

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