¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ESTE?

¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ESTE?

Siempre me he sentido como la chica de esa conocida canción. Me he pasado media vida preguntándome qué hacía yo trabajando en esa empresa. Me lo empecé a preguntar incluso antes de empezar a trabajar allí, cuando me llamaron para la entrevista, qué voy a hacer yo en una cementera, en un sector tan machista, si lo que quiero es trabajar en una revista de mujeres, pero me dije que era un buen trabajo y me permitiría adquirir experiencia en empresa. Me lo pregunte otra vez a los pocos meses, cuando pude corroborar que era verdad, y que no sólo era un mundo de hombres, sino que además estaba lleno de hipocresía y nada era lo que parecía, pero me dije que era una multinacional y eso da muy buen currículo.

Me lo volví a preguntar cuando después de un año entendí que era una empresa de dueño en la que trabajas fundamentalmente para contentar a tu jefe y no tanto para conseguir los objetivos empresariales, pero entonces me cambiaron de departamento y el nuevo jefe me caía bien. Me lo pregunté una vez más, algunos años después, cuando cambie de jefe y todos sus planteamientos me parecían incoherentes con los objetivos, pero descubrí que mi sueldo era muy superior al que se pagaba en el mercado y eso era importante. Y por supuesto me lo pregunté también cuando llego la crisis, y la gente se fue yendo dejándome sola en el departamento como si fuera la ganadora de gran hermano, pero me dije que entonces más que nunca tenia que quedarme.

Pero últimamente no puedo parar de preguntármelo una y otra vez, ¿qué hace una chica como tú en un sitio como este?, sobre todo ahora que mi trabajo se ha convertido en una gran tragicomedia en la que represento un papel que detesto y que no tiene ningún sentido ni para mí, ni para ellos. Y aunque una parte de mi sigue contándome las mismas historias, e incluso algunas más, como que a mi edad no puedo hacer otra cosa porque nadie me va a contratar, o eso tan de moda de, al menos tienes un trabajo y te pagan todos los meses, he decidido que esta vez voy a responder a la pregunta de una vez por todas.

Y por eso me he dado cuenta que si estoy en un trabajo de machistas, hipócritas e incoherentes, en el que todo es una gran pantomima y nada es de verdad, ni siquiera los beneficios que parecen generar, porque ahora mas que nunca es un sector subvencionado, es porque yo también soy así, yo soy igual que ellos, yo formo parte de ese reparto de actores que hacen que la obra siga representándose temporada tras temporada, aunque lleve media vida creyéndome lo contrario.

Ahora sé que soy masculina, que me he convertido en una mujer fálica para igualarme a los hombres y por eso me comporto como ellos dejando de lado la mujer en mi, como proponen las feministas, también sé que soy una hipócrita, porque hago como si tuviera unos ideales que luego estoy dispuesta a olvidar por un puñado de dólares haciendo que miro para otro lado. Por no hablar de mi incoherencia, digo que quiero dedicarme a otra cosa y vivir de otra manera, pero luego no hago nada en mi día a día para dirigirme a ello, salvo quejarme con mis amigas. Pero sobre todo me he dado cuenta que no soy para nada la mujer independiente que me creo, sino otra más absolutamente dependiente de los demás que está dispuesta a traicionarse a sí misma cada día para hacer lo que se supone que tiene que hacer. No entiendo como Almodóvar aún no me ha descubierto.

Por eso ahora confieso que no tenía un problema con el trabajo sino conmigo misma, que cada queja, lamento y denuncia que mi mente ha creado contra la empresa, y que por supuesto, no me he cansado de compartir en los pasillos porque jamás he tenido el valor de expresarlas en los despachos, es en realidad una queja contra mi misma, contra mi forma encorsetada de ver la vida, una queja contra las limitaciones que yo solita me he montado para no hacer lo que realmente quiero hacer.

Y puestos a desvelar las razones ocultas de mi existencia, por fin he entendido que algunas de mis acérrimas creencias familiares han supuesto verdaderas limitaciones a mis inquietudes verdaderas, siempre he considerado lo femenino como frívolo, por influencia paterna, mi padre usaba esa palabra peyorativamente, yquizá sea esa una de las razones por las que me metí en el mundo tan masculino y de cartón piedra en el que las mujeres son hombres y los hombres son unos peleles víctimas de su propio sistema. Eso sí que es frivolidad y no el mundo de la moda del que decidí escapar.

Y ahora, aunque la voz sigue diciéndome que es demasiado tarde, sé que la vida no es una rifa en la que te tienes que conformar con el premio que te toca, ahora sé que la vida es una decisión, una elección que hacemos cada día, y que si yo he creado esto, yo puedo cambiarlo. Así que he decidido quitarme el disfraz de hombre que tan mal me queda y que tan poco me gusta, dejar de hacer todo por cojones, y empezar a hacer las cosas porque yo lo valgo, como dicen en el anuncio, y como yo lo valgo, hoy mismo empiezo a crear mi nueva vida escribiendo para mujeres, para acompañarlas a que descubran su propio poder y tomen la decisión de empezar a escucharse a sí mismas.

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