Aveces recuerdo cuando era un niño; saltaba, jugaba, comía y lo mejor de todo dormía, eran tiempos buenos. Pero ahora que soy un adulto, todo es diferente, es casi como si pudiera ver mi reflejo alejándose de mi cada vez más. Tengo un empleo, donde mi jefe ni siquiera reconoce mi trabajo o esfuerzo, por el contrario, se lleva todos los créditos de mi trabajo. Mi madre me dijo una vez «las cosas que hagas, no las hagas por obligación sino por pasión», son palabras profundas pero a veces se pierden en el olvido, cualquiera diría que mi madre era muy sabia y que debía haber tenido mucho conocimiento, pero la realidad es otra, era una anciana cuyo único trabajo era cuidarme, un trabajo honorable, pero no considerado por muchos como trabajo. Ya perdí la cuenta de cuantas veces dije la palabra «pero», y aunque suene irónico les digo de nuevo que para mi trabajo, pese a lo malo que sea hay un «pero».
¿Que porque sigo en este empleo?, por que sigo las palabras de mi madre, no les había comentado, pero soy detective, se que merezco mas que un sueldo que solo me alcanza para un arriendo y la comida escasamente. Pero ver cada uno de los casos de aquellas personas que están desesperadas por que alguien las ayude, casi sin esperanza, me llena de un sentimiento casi indescriptible, un sentimiento que no me obliga sino me hace sentir que soy el único que les puede dar esperanza, así yo no tenga la esperanza, pero soy el único a quien tienen para que les ayude.
En ocasiones me encuentro peor que aquellas personas a quienes ayudo, pero simplemente dejo los sentimientos negativos que me agobian y decido ser fuerte por ellos; los que me necesitan.
Debo admitirlo, he pensado en rendirme, y aunque sea muy escéptico en cuanto a los temas religiosos, siento que alguien, alguien que no puedo describir, me llena de fuerzas para no rendirme.
Por eso les digo a aquellas personas que creen que su trabajo es una vulgaridad, que su trabajo y puesto no vale nada, pero antes de pensar en rendirse intenten pensar en aquellas personas que los necesitan, y repito así no tengan ni el mas mínimo rastro de esperanza, no hagan que esas personas lo pierdan. Como una vieja sabia dijo una vez «las cosas que hagas no las hagas por obligación sino por pasión»; espero que mi relato les sirva a muchos, no para vanagloriarme sin para demostrar que si se puede aunque todo diga no.
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