Sencillo es la advertir que cuando nos dedicamos al trabajo que hacemos de forma cotidiana, sí nos gusta, no es tedioso, no aburre, no abruma. Precisamente hace unos días estuve más de un mes en el hospital donde recibió cirugía y tratamientos mi esposo y me di cuenta que una de las fortalezas de un hospital es ese espíritu de la gente que atiende a los enfermos; camilleros, enfermeras, doctores, nutriólogos, cocineros, internistas… Residentes y especialistas, sin olvidar a las trabajadoras sociales. Todos y cada uno de ellos laboran de continuo con el alma y cuerpo de gente cansada, necesitada de salud, asustada, imposibilitada para asearse, alimentarse, moverse…
Yo puedo comprometerme en las más mínimos detalles para cubrir las necesidades de mi esposo, pero ellos asean y bañan a personas que no conocen, con las cuales no tienen una amistad o parentesco, igual les tratan, su compromiso es cumplir con horarios para la medicina, el baño, el cambio de pañales y el más ínfimo detalle de acuerdo a su enfermedad y lo hacen con la misma paciencia y buena voluntad que le darían a un familiar.
Recuerdo una frase de Confucio: «Elige el trabajo que te gusta y nunca tendrás que trabajar ni un sólo día en tu vida»
No podría dedicarme a una labor como la que ellos desempeñan, sobre todo en las situaciones desafortunadas en las que se ve partir a una morada diferente a la nuestra, a infinidad de pacientes. En otras actividades podemos cometer un mínimo de errores, o algunos que otro que podría considerarse mayúsculos, pero no pasa de una sanción, en el caso de personas que laboran con enfermos una mala praxis puede poner en peligro la vida del paciente y la vida profesional del que desempeña alguna actividad en el sector salud.
Realmente es cansado escribirlo, es como revivir ese sitio donde nos encontrábamos atentos a la salud de nuestros familiares, personas que no hemos dormido bien y no tendremos esa posibilidad por un buen tiempo. Contar con un poco de energía para asegurar un trato digno a nuestros seres queridos es lo que nos permite valorar lo que tenemos y podemos compartir.
Recordando a Steve Jobs, nos entusiasman muchas de sus frases como aquella que nos señala: «La única manera de hacer un gran trabajo es amar lo que hace, sino ha encontrado todavía algo que ame, siga buscando, no se conforme. Al igual que los asuntos del corazón, sabrá cuando lo encuentre»
Y sí, dentro de mi actividad como trabajadora las cosas son muy distintas y sólo en ocasiones he sentido ese deseo del encuentro con el relax y el anhelado día festivo…
.¿En que trabajo? hilvano sueños, invito a la alegría y la fiesta, comparto ilusiones y las dibujo en las redes, contesto mensajes y enlazo vía telefónica o satélital a los locutores que tienen algo que decir o un compromiso de controles remotos que efectuar… Operar los controles de una emisora de radio es un trabajo divertido, ameno, grato y simplemente es lo que hago y me agrada.
«Amar a la vida a través del trabajo, es intimar con el más recóndito secreto vivo», esto lo dijo Khalil Gibran, conocedor de la filosofía que todos desempeñamos cuando encontramos el motivo que nos hace salir de casa para descubrirnos en un ámbito que siempre podemos transformar.
Ciertamente hay trabajos que la gente realiza porque sus familiares los colocaron en puestos que han heredado y los hijos de sus hijos lo harán como parte de una extensión dentro de las relaciones de familia, no es mi caso, supongo que no ha de ser tan excitante vivir así; cuando uno mismo elige aquello que le gustaría hacer hay un cierto brillo de independencia. Muchas veces sin riqueza, sin bienes materiales suficientes y con una modesta pensión; tal vez ahí le de la razón a los que trabajan en fortalecer la continuidad de las empresas de sus antecesores, ellos van construyendo un patrimonio sólido… Hasta que el heredero rebelde dé al traste con todo y los emporios caigan como naipes.
Resumiendo el trabajo nos da identidad, nos convoca a pertenecer a un grupo determinado, vincula nuestra historia a la de otros que se desempeñan en similares quehaceres y nos define en el momento histórico que vivimos.
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