Como ser Subdirector y no morir en el intento.

Como ser Subdirector y no morir en el intento.

Fue docente de Historia e Historia del Arte por dieciocho años. En Uruguay, ser docente estatal en esas asignaturas y además necesitar mantener económicamente y mínimamente digna a una familia, significa acumular muchas horas de clases, ser docente en casi una decena de grupos y transitar por varios liceos de Montevideo. En el 2016, Fernando era docente en 4 liceos capitalinos, docente en 7 grupos totalizando 41 horas de clase por semana. En uno de esos liceos que trabajaba era el Liceo Nº14 «33 Orientales», ubicado en las calles 8 de Octubre y Boulevard Batlle y Ordoñez. Es un Liceo con 1200 alumnos, con mala reputación por la violencia social que se expone en los estudiantes: agresiones, drogas, etc.

Siendo docente de Historia del Liceo, le ofrecen la vacante generada en la Dirección, en el cargo de Sub Director. El cargo de Sub Director tiene una carga de 40 horas de trabajo semanal. Era una oportunidad de concentrar las horas en un liceo sin tener que estar ejerciendo el nomadismo entre 4 liceos. El 1º de junio del 2016, Fernando asume como Sub Director del Liceo nº14 «33 Orientales».

Entrevista a padres disconformes, charlas con estudiantes protagonistas de conflictividades, reunión con personal con dificultades de relacionamiento, fueron las actividades diarias que debió enfrentar el flamante Sub Director. Su jefe el Director del Liceo, delegaba funciones para «foguear» a su compañero de equipo, aunque a veces pareciera que abusaba en esa delegación. De hecho el día de la asunción del cargo, el Director se tuvo que retirar y a Fernando lo dejó a cargo de la reunión de Coordinación de los docentes del liceo con el encargo de hacerlos trabajar a los profesores en la propuesta académica, previa presentación en solitario, porque no había nadie que lo presentara como el nuevo Sub Director del Liceo 14.

Habiendo sido docente de aula hasta poco tiempo antes de asumir el cargo, su accionar en el mismo tendió al diálogo con los estudiantes en lugar de tomar sanciones disciplinarias con ellos. De esa manera y obteniendo un compromiso por parte de los estudiantes de cambio de actitud, fue ganando el aprecio de los estudiantes y hasta más de una vez lo invitaban a jugar con ellos al ping- pong o unos pases de pelota en los recreos u horas libres. En cierta ocasión un estudiante le vino a pedir una escalera para subirse al techo de la Sala de Profesores porque allí se le había caído el calzado de su pie derecho.

– ¿Cómo es que tu calzado cayo en el techo?.

– Es que sub, estaba jugando a la pelota con un compañero y cuando voy a pasarle y tenía los cordones flojos y salio volando mi calzado. Pero no se preocupe si hay una escalera yo subo a buscarlo.

– Si vos subís al techo y te caes o te pasa algo, el que se va a perjudicar es tu subdirector. Yo traigo la escalera y yo subo al techo de la Sala de Profesores y te traigo el calzado.

De las ventanas de los edificios contiguos comenzaron a asomarse cabecitas de liceales que observaban como el subdirector se trepaba por una escalera y montaba al techo para alcanzarle el calzado a un estudiante.

Desde hace muchos años, en Uruguay no se puede fumar en espacios cerrados públicos o privados. Razón por la cual para que un docente o funcionario pueda fumar debe salir al exterior del edificio. Cuando la ocasión lo permitía el SubDirector salía del liceo, para dar un par de pitadas rápidas a su cigarro. En una de esas circunstancias, le avisan que en el otro frente del edificio había iniciado fuego y salía espesa columna de humo. Dirigió la mirada hacia el lugar y efectivamente, una palmera contigua al edificio se estaba prendiendo fuego. Adscriptos, estudiantes, docentes, y todo el personal del liceo, vieron como Fernando ingresaba rápidamente al liceo y corría atravesando todo el edificio para tomar del despacho de administración un extintor que aplico sobre las hojas de la palmera que habían tomado fuego. Para cuando se hicieron presentes los bomberos, solo cenizas quedaban.

Son pocos los liceos uruguayos y montevideanos que tienen clase los sábados. Sin embargo, durante ese año, el liceo 14 tenía clases los días sábados hasta el mediodía. Por reducción de actividad, el personal administrativo también se reduce. Ese sábado que a Fernando le tocó hacer guardia, tenía en la administración una sola administrativa que ocupaba su despacho enfrente a La Dirección. El baño de funcionarios, al que se accedía con una llave en posesión de quienes podían usarlo estaba enfrente a la Administración y contigua a La Dirección. Necesitando recurrir al gabinete higiénico («el baño verde» como se le conoce por el color de sus azulejos), abrió la puerta con su llave personal y traspasándola la cerró tras de si. Al querer salir del baño verde, introdujo la llave en la cerradura, le dio media vuelta, pero no pudo completar la siguiente para completar la operación de apertura, resultando que estaba trancada la cerradura. Opciones de salida, una gran ventana que daba sobre la calle lateral, avenida muy transitada. El problema de salir por la ventana se presentaba por lo transitada de esa avenida y lo alto de la ventana, ya que desde su cornisa hasta el piso había prácticamente unos 4 metros de altura. Esperó que hubiese menos gente en la parada de buses de enfrente a la ventana y que el semáforo de la esquina cortase el tránsito de modo que nadie lo viese saltar y se pensase que era un delincuente saliendo del liceo. Cuando las condiciones estuvieron dadas, Fernando saltó cayendo como los gatos de pie sobre el jardín lateral del Liceo, sintiendo que todos los huesos se clavaban sobre la superficie. Cual sería la sorpresa de la administrativa, cuando vió ingresar al SubDirector por la puerta principal del centro educativo. Desde entonces, sería conocido como el SubDirector «hombre araña».

FIN.

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