No se

No sé el cómo ni el por qué. No sé cómo entraste a mi vida ni por qué te fuiste de ella.

Solo sé que me hacías la persona más feliz entre un millón.

Entre un millón de cosquillas.

Empecé contando estrellas junto a ti en medio de la nada y terminé contando los lunares de tu espalda en tu cama. Me encantaba sentir tu aliento en mí nunca cuando estábamos tumbados el uno encima del otro olvidándonos de todo.

Menos de nosotros.

Me gustaba cuando se quedaba el olor de tu colonia en mi ropa y poder sentirte cerca aun estando lejos.

Esas pequeñas cosas que tanto me gustaban fueron desapareciendo poco a poco sin sentido alguno. Me di cuenta de que lo perdí todo.

Te perdí a ti.

El uno para el otro.

Todo empezó con el cruce de tu mirada con la mía. Ese momento me dijo que eras tú;

eras tú la persona que me completaría,

eras tú la persona que en los momentos malos me cogería de la mano y me abrazaría recordándome que te tengo a mi lado.

Segundos antes era la típica joven soñadora que no se había enamorado jamás. Por un momento me había sentido protegida con solo ver como tu sonrisa se mostraba cada vez que me reía. Un día sin venir a cuento te acercaste a mí con ese brillo en los ojos que te hace tan tú y me dijiste lo mucho que te hacía falta y yo sonriendo como de costumbre no tuve palabras para contestar ya que los nervios me invadían por dentro. Sin contestar me lancé a sus brazos esperando a que se diese cuenta de que yo sentía lo mismo por él.

Éramos el uno para el otro.

Mi mayor miedo

Me preguntaron cuál era mi mayor miedo. Les dije que el peor de todos era perderte. No sabía cómo imaginar toda esta mierda si tú no estabas, como podría imaginarme en la inmensa cama de mi habitación sola.

Sin ti.

Traté de apostar por ti sin trucos ni ases en las mangas, trataba de creerme que me querías, que eras parte de mi (vida).

No sé cómo no dudé antes, cuando hace unas semanas llegabas a casa a las cinco de la mañana con ese olor a alcohol que tanto odio y sin darme explicaciones. Desaparecías todo el día sin dar señales de vida y solo podía saber de ti en los bares de los polígonos rodeados de putas.

Unos días más tarde me confesaste borracho, como de costumbre, que no me querías, que era una más del montón de las que te tirabas y abandonabas. No sé por qué pero no me extrañaron que esas palabras salieran de tu boca después de tu lista de tías a las que les habías hecho daño. A fin de cuentas yo era otra gilipollas más dispuesta a enamorarse

No quiero volver a sentirte.

Vuelta a la rutina, si, vuelta a enamorarme.

Has vuelto a llegar de nuevo con esa sonrisa que tanto me encanta y has vuelto a destrozar mis planes otra vez. Te empezaba a echar de menos pero no sé si era a ti o a tu forma de ser. Llámame rara pero echaba de menos escuchar tu risa unos segundos antes de apagar la luz para dormir (juntos), echaba de menos que tus manos se paseasen por mi espalda hasta llegar a mi culo.

Dejemos de hablar en pasado porque hoy presente lo sigo echando de menos. No quiero arriesgarme a volver a sentir por ti lo que sentía cuando éramos uno, para que luego te vayas sin dar explicaciones dejándome sola, ya que eras el único motivo por el que seguir adelante.

No quiero volver a sentirte más.

-arte

Eres el mejor tiempo, tus labios son la mejor conjugación de todos los verbos, eres la única persona y el mejor modo de todos.

Lo siento por hablar en presente pero es que aun te siento demasiado cerca.

Tus caricias se convirtieron en el primer plato de nuestra relación, de segundo tenia tus besos y por último,

de postre,

terminar los dos en la cama. Y debo decirte que para mí eras un arte, y que podía tirarme horas pensándote que no me iba a cansar nunca. Me gustaba besarte, soñarte, tocarte, amarte… Ya te dije que para mí eras un arte y a día de hoy lo sigues siendo a pesar de que me faltes tú y tus verbos.

Y es que he dejado de conjugar porque me he dado cuenta de que te echaba de menos.

XVI

Estaba empezando a echar(te) de menos tu forma de quitarme la ropa todas las noches de sábado;

tu facilidad de hacer un día cualquiera el mejor de todos, y tu manera de hacer que mis días fueran soleados a pesar de la tormenta.

No te voy a mentir, y es que yo quería ser el nombre que escribieras en todas las camas, que no fuesen la mía, el amor de tu vida y cada una de tus noches.

Ahora que se lo que es echarte de menos tengo miedo por si tú no sabes lo que es todavía, porque eso significaría que ya me has olvidado y entonces todos mis planes a la vez que mis sueños se irían a la mierda.

Te quiero

Nunca me había parado a pensar como quería que fuese mi vida en un futuro(contigo).

A lo mejor es que todos mis planes eran a tu lado y tenía miedo de que no funcionasen.

Pero, quién iba a decirlo,

todo empezó así,

sin parecer el comienzo de nada.

Tú y yo de la mano, paseando por la playa y dejando a nuestras espaldas las huellas por si alguno de los dos quería regresar. Quedándonos hasta las tantas en medio de la nada intentando pedir un deseo a la mejor estrella fugaz de todas antes de que se esfumase. Y es que me encantaba mirarte a los ojos y que me dijeras que tenía la sonrisa más bonita de todo Madrid, que me cogieras de la mano para decirme lo mucho que me querías y que me sirvieses de abrigo los días de frio.

Quería estar segura de que quererte no era una moda pasajera y que me sentía agusto entre tus brazos, para poder decirte te quiero todos los días del año.

La vida es un cuento

A veces es increíble como una sola parte de nosotros puede hundir el resto. Es alucinante como puede llegar a cambiar nuestro propio pensamiento llevándonos hasta donde ella quiera.

Hay momentos en los que llego al punto de creer que no me conozco ni a mí misma por el simple hecho de no saber cómo voy a reaccionar ante las distintas situaciones que se me plantea.

He llegado a sentir como me derrumbaba muchas veces, quizá era porque necesitaba una reforma.

No sé cómo conseguir cambiar lo que para mí son días lluviosos en días soleados; como sacar una sonrisa en los momentos de bajón; ni de dónde sacar fuerzas para combatir en la lucha.

Pero imaginemos que la vida es un cuento, y los cuentos siempre tienen un final feliz.

Joder.

Joder,

no habría imaginado el llegar a estar en tal apuro como el que tú me has causado ahora mismo. No pensé que el mundo es un pañuelo y que quizá ese pañuelo podría secar mis lágrimas en cualquier momento de mi vida.

Tampoco llegué a pensar lo duro que se me hacía mirarte a los ojos y darte un abrazo aun sabiendo que era necesario.

A lo mejor por eso cada minuto que pasaba a tu lado se me iba haciendo cada vez más pesado uno detrás de otro… Estaba tan indecisa que no sabía qué camino tomar por el miedo a coger el que no era y que todos los planes se fuesen a la mierda. A partir de ese momento me empecé a dar cuenta que probablemente no era yo la que tomaba mis decisiones sino que eran los demás los que las tomaban por mí.

XX

Hace tan solo unos días la Primavera y tú alegría estabais muy presentes, ahora que te has ido el Invierno combate a todas las estaciones.

Quiero que vuelvas,

tú y tu ironía,

tu sonrisa,

y un poco de tu tristeza.

Te has convertido en mi canción preferida,

en el mejor desayuno de cada sábado,

en el mejor paseo nocturno.

Te has convertido en rutina y eso no cambia.

Eras el de los mimos a todas horas.

El de las cosquillas imposibles.

El de los abrazos constantes.

Eras, eres y serás un trébol de cuatro hojas.

Ojalá te vaya todo bien (conmigo),

pero yo,

tengo la esperanza de que vuelvas, y eso es lo último que se pierde.

Peligroso

Mirarte es como estar al borde de un precipicio.

Quererte es como estar en una cuerda floja.

¿No te das cuenta?

Todo lo que tiene que ver contigo

es peligroso.

Y yo,

sigo arriesgando mi vida

por ti.

Yo siempre he sido de querer(te),

pero ahora se me hace todo tan cuesta abajo

que volver a subir se convierte en imposible.

«Se fuerte» decías,

cada vez que me veías llorar (y era por ti).

Y es que los sentimientos continúan, pero las ganas han desaparecido.

Me sigue gustando tenerte cerca. Y eso me da miedo.

Es peligroso.

Una vez más

Tenemos que dejar de cogerle cariño a aquello que vemos de pasada y no lo miramos con lupa. Por eso que dicen de que las pequeñas cosas jamás perderán su brillo. Quizá es porque nunca se pierde la esencia con la que las cuidamos.

O tal vez, no sea la esencia. Sino los momentos.

Y en qué momento dejaste de ser victoria para convertirte en derrota.

En qué momento dejaste de ser cara para hacerme la cruz.

En qué momento dejaste de ser trébol para convertirte en gato negro…

Estoy empezando a pensar si en algún momento eche a pares o nones mi suerte,

porque si es así,

perdí de pleno.

Una vez más

la vida

me está jugando una mala pasada.

Soy de esas.

Soy de esas que desconfían de sí mismas

en todo lo que hacen.

De esas que se castigan a fuego

cuando cometen un error.

De esas que en vez de amar la vida,

la odian con todas sus ganas.

Soy de esas personas que no dicen te quiero,

pero lo sienten.

De esas que piensan tanto y, en cambio,

no dicen nada.

Soy la típica persona que llora a escondidas,

por miedo a ser descubierta.

Miedo a los nervios, a las ganas, a querer y a veces, miedo a odiar(te).

Era la que reía sin parar.

La que soñaba a todas horas.

La que bailaba cada melodía, incluso tu risa.

Antes era todo lo contrario a lo que soy ahora.

Y es que antes,

era feliz.

Déjame.

Cada día echo más de menos el despertarme contigo y escuchar que guapa estas por las mañanas,

con esa voz ronca

que tanto odiabas

y que tanto me gustaba.

Déjame seguir queriendo(te) estar a tu lado,

hacerte de rabiar y

dejarte sin palabras.

Déjame sacarte imperfecciones de donde no las hay

y decirte lo feliz que me haces.

No te voy a mentir,

a día de hoy sigo sintiéndote a ti y a tus caricias cuando me voy a dormir

por muy lejos que estés (de mí).

Aún no me he acostumbrado a que me falten tus besos en el cuello,

a no estar contigo a todas horas y,

a no verte sonreír.

Pero confío en me sigues pensando.

Y eso sería buena señal.

(Des)conocidos

Deja de hacer como que no me ves,

deja de sonreírle al suelo en vez de a mí,

deja de ser extraño y vuelve a ser conocido.

Se que pensarme es tu plan A,

y sentirme tu plan B.

Pero te quedan 25 letras,

que se resumen en mirarme.

Te gustaría regresar en el tiempo y

volver al primer día que me viste,

para una vez más ser extraños y

olvidarte de lo que es querer(me).

Pero yo sé que me conoces lo suficiente

como para gustarte sin conocerme.

Me encantaba

Me encantaba poder imaginar lo bonito que sería tenerte a mi lado cada mañana al despertar. Poder sentir tus gemidos en mi cuello cada noche de sábado en las que acabásemos en la cama (sin ropa) sintiéndonos el uno al otro. Solía pensar en ti las veinticuatro horas del día, y si hubiese más las ocuparías todas. Me gustaba escribir mis sueños en un folio en blanco pero siempre me sobraba papel porque tu nombre solo tenía cinco letras. Y déjame que te confiese que tú,

eras mi único sueño.

Y ahora confiésame que tu mejor refugio sería conmigo, que pasarías las horas pensando en mí y quien sabe haciendo que…

A lo mejor ambos deberíamos tenernos para ver lo que es sentirnos y poder gozar sin pensarlo.

Se avecina tormenta

Eras el mejor amuleto que tenía, y ahora, te has convertido en la mala suerte que nunca tuve.

No sé qué has hecho para que cada vez que te veo reír ya no lo haga contigo.

No sé cómo has cambiado todos los planes de futuro y los has convertido en simple pasado.

No sé por qué viniste ni por qué te has ido.

Quiero saber por qué me metiste en tu rutina si luego me ibas a echar de ella…

Que manía tienes de cambiar todo en el último momento y poner el mundo patas arriba (y mi cabeza también).

Pero por favor,

para.

Que se avecina tormenta y no te tengo aquí para que me protejas.

Intenta entender(me)

Vengo a hacerte entender el porqué de las cosas.

Quiero que entiendas que mi vida es una cuerda floja y me tengo que aferrar a lo primero que tengo y aun sabiendo que es mentira convertirlo en verdad.

Quiero que entiendas que la vida es blanco o negro y de vez en cuando gris pero por nada del mundo es un arcoíris.

Ojalá supieses todo lo que pienso y así no tener que buscar palabras para definirlo.

Quiero que entiendas que eres un baúl en el que guardo mi otro yo,

y es secreto.

Déjame pedirte que me guardes en lo más profundo de ti, que no me desveles, porque perdería toda la magia. Aún que no tenga trucos.

Solo tú

Y se que eres tú porque cada vez que te veo sonrío.

Se que eres tú porque cuando estoy contigo es inevitable el cosquilleo en el estómago.

Sé que eres tú porque tu sonrisa gana a todos mis estados de ánimo.

Eres tú porque eres la suerte que me acompaña a todos lados.

Simplemente,

se,

que eres tú.

Perdón

He de decir que desde que te fuiste, mi suerte se ha ido contigo.

Es gracioso, porque mis ganas también me dijeron adiós cuando más las necesitaba.

Qué locura que algo tan mío se parezca tanto a ti.

En eso de abandonar(me)

y hacerme creer que todo es de color.

Qué pena que mi vida solo fuese bonita cuando tú estabas en ella. Ahora, está hecha pedazos.

Quiero pedir(me) perdón,

por las heridas

y las suturas mal hechas.

Creía que durarían más.

También quiero pedir perdón

a mi otro yo

por llevarle tanto la contraria.

Quiero pedirme perdón a mí, por no poder ni saber ser feliz.

Entretenimiento

Creía que eso,
lo nuestro.
Era imposible.

Pero de repente llegas siendo tan tú,
así chulo, como a mí me gusta.
Y me empiezas a dar esperanza para todo.

Y yo,
solo soy capaz de esperar(te).
Porque eres tú.

Eres el futuro jamás previsto, el mejor entretenimiento de todos y todos los días de la semana.
Tienes algo que nunca podría definir que es,
pero que me hace feliz.

Dejemos de planear tanto,
y por una vez,
dejemos que la que decida sea la suerte.

Que puta (parece) la vida

Qué puta es (la vida) cuando tiene ganas de joder.
Cuando viene con ganas de arruinar.
Que mala es,
cuando te hace mostrar tu peor parte,
cuando te hace tomar decisiones difíciles en las qué en el cara o cruz, siempre,
gana la cruz.

Qué buena eres cuando quieres.
Cuándo vienes con ganas de reír.
Qué bonita estas cuando lo haces.

Que poco muestras tu lado bueno,
el que a todos nos gusta.
Será que no eres de enseñarlo.
O que es difícil de ver.

Al final no eres tan puta como parecías,
y resulta que simplemente quieres que aprendamos.

Eres el dolor más bonito del mundo

Desde que no estas todo me recuerda a ti.
Y duele.
Más que antes.

El invierno da miedo si no eres tú el que me protege del frío.
Mis sábanas te echan de menos desde que no duermes conmigo.
Los abrazos queman si no eres tú la persona que me los da.

Los recuerdos han dejado de ser bonitos desde que no apareces en ellos.

Vuelve a ser hogar.
Y deja de ser ruinas.
Por favor.

Te pido que vuelvas por mucho que duelas.

Porque eres el dolor más bonito del mundo.

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