El problema de olvidarte.

Yo no tengo muchas oraciones para escribir hoy,

tal vez algunas simples que no signifiquen mucho.

Algunos versos que no rimen,

alguna poesía poco romántica.

Una prosa mal entonada,

un enmiendo de soneto.

Y tan poco que decir al viento,

que en su mísero aliento,

ya no llega a ti, porque el viento es a la pared,

lo que mi sentimiento es a tu corazón.

Y yo se amor que en este eslabón llamado pasión,

hace tiempo perdimos el corazón, la razón y el dulce sabor.

Y lo perdimos porque lo consumió el fuego lento,

no supimos apagar los besos que al final del tiempo,

se incendiaron quedando en cenizas.

Ya no se que decirte, ya silencie demasiado,

ya mis labios están secos por no tener tus besos,

El recuerdo esta aquí, aferrado, arañando el corazón,

y no se quiere soltar.

El destino ya tenia el plan de encadenarme a ti,

estuvieras o no aquí.

Cuando tu voz rompía mi aliento,

ya no había cabida para el sufrimiento.

Amor, romperme el alma no fue suficiente,

terminar con mi prosa no es congruente,

tanto gritar tu nombre al cielo,

que ahora cae en pedazos directo a mi infierno.

El poeta confinado al olvido no tiene razón de ser,

como yo enamorado de tu esencia que ya no tiene tu presencia.

Ayer, cuando te recordaba tuve que soplar

alientos tristes y amargos para que tu recuerdo se apagara.

Mi alma se esta desangrando amor

no la puedo salvar.

Hoy le quiero confesar que fui su admirador,

su acosador en el insomnio , su doliente en la ausencia.

Llegare a curarme el alma,

con otros besos, embalsamare mi corazón,

con otros brazos.

Tragare mi orgullo amargo, me desvestiré de tu calor,

me embriagare de tu recuerdo, me dejare caer en el lamento,

haré todo lo posible por olvidar.

Te propongo un tiempo,

un tiempo para lustrar el camino,

mejorar el destino y caminar erecto.

Quitar el remordimiento, construir un lago,

donde antes hubo fuego, plantar una flor,

donde antes hubo mareo.

Apagar el fuego que algún día nos consumió.

Y es que, amor, que difícil es sentir que corres en mis venas,

pero ya nunca podré abrazarte.