Aunque solo seas una
¡Poesía o nada! Gritó el poeta:
Cuando me canse de hablar, lejos del ruido, escucharé tu voz callada en mi interior y volveré a escribir palabras silenciosas para que las leas a corazón abierto, como se leen los poemas.
Sabes lo torpe que soy, cada vez que intento imitar el canto del mirlo escucho un susurro:
‘Aún no, así no’.
Pero lo vuelvo a intentar, ahora con el ruiseñor, y, tampoco funciona:
‘Aún no, así no’.
Entonces me avergüenzo, mudo te escribo estos versos al final del día, el viento de la tarde trae los ecos del mirlo entremezclados con los chillidos de los niños que juegan en la plaza del pueblo y agita las presumidas hojas de los altos chopos, ellas siempre ven el último rayo de sol.
Y mudo también te narraré el alegre amanecer, cuando entre los pajarillos escondidos en las zarzamoras, distinga el trino del ruiseñor.
¿De qué me sirve hablarte de tu belleza inmarcesible, si a ti no te llega?
¿Para quién escribir poemas insondables, si a nadie le interesan?
Por eso existo en ti, Poesía, mientras me leas.
Aunque solo seas una pequeña obra de poesía
te he colocado en un altar sobre el atril de mi mesa:
–Descansa Platero, descansemos los dos.
No, no creo que seas, Poesía, una pasión inútil
como rezan algunos en otros púlpitos.
Tú siempre has sido para mí una pasión comprometida
«en donde la alegría y la pena son gemelas», eso dice Juan Ramón.
Inútil yo entendería una vida sin ti.
¡Ven Platero! ¡Acércate y verás!
Traigo las hojas más preciadas para tu paladar.
No, no son mis poemas, gracias pero hoy no necesito de tus adulaciones viejo amigo.
Acepta este presente de las verdes «Hojas de hierba» y rúmialas con fruición.
¡Ay cuánto me gustaría poder compartir contigo tan exquisito manjar!
Aunque solo seas una ruinosa pared apunto de derrumbarse,
sobre tus muros un artista ha querido pintarte hermosas caracolas:
La Aporrais pespelecani; Ranella oleari; Stromonita aemastoma…
Y también coloridos atunes y ballenas y medusas sumergidas en la mar azul…
Por fin encontré el verdadero significado del arte,
no es tanto su valor como su poder transformador.
¿Cuánto vale transformar un muro ruinoso apunto de derrumbarse en una obra de arte?
¿Cuánto vale levantar el ánimo de una persona decaída con una canción, un poema, una pintura…?
¿Cuánto vale arrancar la sonrisa de un niño con un cuento, el chiste de un payaso, una peli de fantasía…?
¿Cuánto vale hacer tu sueño realidad aunque solo dure un instante?
El arte es el corazón de la magia y su valor incalculable (más incluso que los goles de Messi y Cristiano).
Nada es eterno, ni tan siquiera el arte; la inmortalidad es el último sueño del moribundo; la muerte la única certeza y la mayor pérdida de tiempo.
Aunque solo seas una… simple, diminuta e insignificante partícula de vida dentro de este universo infinito, aprovéchala hasta el final y aprende de los animales, ellos nunca se cansan de darnos buenos consejos.
Aunque solo seas una hermosa ciudad que mira al Mediterráneo,
tu grito de rabia se alzará sobre los hijos de la ira.
Hoy Barcelona hablas en nombre de todas las ciudades libres del mundo,
desde el corazón de Las Ramblas donde aún sangran tus heridas
las olas expandirán tu mensaje de paz frente a los fanáticos terroristas.
Aunque solo seas una cuesta más
la última cumbre soñada
en la etapa final de su carrera,
alzarás L’Angliru en tu cima
después de pedalear sin rendirse
al victorioso ciclista.
Habrá otros héroes,
se narrarán otras gestas,
pero pocos olvidarán
la última victoria
aquel 9 de septiembre
en «La vuelta ciclista a España del 2017»
de Alberto Contador en L’Angliru.
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