Llora tu alma sangrante
herida y en gran dolor…
perturbando tu semblante
y encarcelando tu voz.
Tu fuerza has agotado
guerreando al opresor…
levantando al derribado
y compartiendo su pavor.
Sumida en la ansiedad,
agobiada por el temor…
renuncias a tu libertad.
Amada mía despierta.
Coge mi mano amiga…
!Revive tu fortaleza!
Ya no eres una,
ahora seremos dos….
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