Cabeza en bandeja de plata

Cabeza en bandeja de plata

alicia leon

07/04/2016

Esa fue siempre mi calle, incluso antes de que fuese recordada por el extraño suceso que protagonicé.

Fue la calle donde nací y crecí junto al sacerdote Portugués que me acogió desde niño. Años después regrese a aquella calle, mi calle. Allí fue también donde tomé la decisión mas trágica de mi vida, matar, matarle.

Me corte la mano con el cuchillo antes de poder rebanarle el pescuezo, mi sangre se descolgaba por mi mano, y goteaba ensuciándome las alpargatas. El asco que sentí me llenó de furia y quise acabar pronto con lo que había venido a hacer.

Se acabó limpiar la porquería de los rincones donde habitan mis miedos. Se hace, se puede hacer; acabar con todo, acabar con él, me repetía mientras su pobre y reseca garganta cedía ante mi puñal sin ni siquiera gemir.

Me lleve su cabeza en un saco, pero la condenada seguía goteando sangre cuando me dieron el alto.Para entonces todo parecía un sueño y todo lo que había hecho parecía hecho por otro.La sesera se bamboleaba en el saco y cuando lo abrí, respire de alivio ante los alguaciles. La cabeza del cordero inerte me sonrió y pensé que eso era lo que cenaría, casi al alba y bien asada, antes de servir la mía en bandeja de plata al verdugo del garrote vil.

FIN

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CALLE DE LA CABEZA, MADRID, MADRID 28012

 

 

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