Ahí mirando así a aquel niño que fui,
los ojos con el mismo brillo
que a veces sonríen por mí,
el tiempo va de prisa y apenas avisa
que luego se detiene eternidad.
La calle en que jugué, la flor que deshojé,
ya son una fotografía
que va desluciendo el color
y el resto de la historia, ¡vaya memoria!,
tengo que inventarla para no ir a olvidarla,
por eso, mirando a ese niño
pudiera decírselo así…
De cómo fuiste ayer soy como soy,
y de tus sueños voy a donde voy,
he vivido casi como habías querido,
no sé por qué sentir que te perdí,
de cómo fuiste ayer soy como soy,
y de tus sueños voy a donde voy,
mi reflejo es de este lado del espejo,
del otro es donde alcanzo a verte a ti.
(Y al momento que pasemos de este cuento,
ya otro escribirá, sin ti, sin mí.)
FIN
CALLE INTERIOR, SANATORIO ESPAÑOL, CIUDAD DE MÉXICO
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