La lluvia se ha apoderado de la tarde y un enorme chaparrón me ha sorprendido en la Cruz Verde. Los goterones revientan sonoros sobre los adoquines y apagan el ruido de los truenos. La luz filtrada por los nubarrones y lluvia ha cambiado el paisaje a gris . He buscado cobijo bajo el umbral más próximo y estoy sobre un escalón pegando mi espalda a la madera de una puerta. Pero no puedo impedir que mis zapatos y piernas, desprotegidas con pantalones cortos, queden chorreando por el agua de viento. Empiezo a sentir frío.
Las estraperlistas que se sientan en el bordillo de la acera, con sus delantares blancos y sus grandes cestas de pleita(2), se han tenido que retirar precipitadamente, antes de que el agua disuelva su valiosa mercancía en talegas de harina y de azúcar, para acabar endulzando el barrio con un líquido blanquecino.
Algunos valientes se atreven a cruzar la calzada a grandes zancadas y pierden sus alpargatas río abajo. Otros caen sobre su trasero en el agua, provocando las risotadas destempladas de los vecinos, que disfrutan del espectáculo gratuito desde sus balcones.
Alguien aparece como una sopa y comenta a gritos.
–¡ Ell arroyo de la Calle Amargura se ha desbordado! ¡La Calle la Victoria está llena de troncos y piedras!
Una vez ha descampado, los niños visitamos curiosos el nuevo desorden urbano antes de que aparezcan las primeras alertas de la noche. Entre olores a tierra mojada y vahos inconfesables vamos jugando a saltar sobre los charcos y los arrastres que interrumpen el paso.
Se han inundado muchas plantas bajas, pero el mayor valor en el barrio es el deseo de vivir, que no se disuelve con facilidad. Afortunadamente, las pérdidas han sido escasas, solo ha cambiado la basura de sitio. Por esta vez hasta el agua de lluvia ha pasado de largo ante la miseria, pero vendrán tiempos mejores y otros arrastres.
Fin
La Cruz Verde antes
La Cruz Verde ahora
Algunos apuntes
La Cruz Verde debe su nombre al lugar donde fijó su sede la inquisición, a extramuros de la ciudad de Málaga, después de la reconquista por los Reyes Católicos.
Recientemente el barrio que conforma con Calle Lagunillas se ha poblado de artistas y especialmente buenos grafiteros. Sus desconchadas paredes se han llenado de excelentes obras del arte del spray, infundiendo la esperanza de un mejor futuro sobre sus últimos edificios conservados. Ahora es una visita recomendable para el que pasa por Málaga.
Grafitero en pleno trabajo
(1) Madreviejas es el nombre que en Málaga se le da popularmente a las alcantarillas.
(2) Pleita, tejido hecho con hoja seca de palmito que servía para hacer cestas y sombreros. Era tan popular en el campo de Málaga que llegó a usarse como moneda.
CALLE CRUZ VERDE DE MÁLAGA
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