LA CASA DE LOS CONDES DE HERAS Y SOTO (LA CASA DE HUICHI HUICHI).

LA CASA DE LOS CONDES DE HERAS Y SOTO (LA CASA DE HUICHI HUICHI).

Columba Martinez

30/03/2016

A Doña Chelo le gustaba ir por la ciudad y leer todas las placas en los monumentos históricos. Para estas excursiones se hacía acompañar de sus dos nueras y sus cuatro nietos. Yo era la nieta primogénita de apenas seis años de edad. Un día de tantos caminábamos por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México cuando al llegar a la esquina que conforman la calle de  República de Chile y Donceles le llamo la atención la hermosa talla de cantera ubicada en la esquina que de inmediato se apresuró a buscar las placas donde describieran el origen del inmueble. En una de ellas decía que la casona había sido construida en el siglo XVII por petición del platero Don Adrián Ximénez de Almendral. En otra placa decía que había sido propiedad de la hija de los Condes de Heras y Soto.

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En ese momento no se a decir verdad de donde le surgió la historia que nos relató doña Chelo pero comenzó así:

Los condes de Heras y Soto se oponían a la boda de su hija con un hombre pobre que la amaba. Él la amaba tanto que le pidió que lo esperara a que se hiciera rico y regresará por ella. Pasaron los años y el encontró una mina de plata, se hizo rico y mando construir este palacio para que lo aceptaran los padres de su novia. En realidad no sé si mi abuela invento esta historia o solo repitió alguna historia popular; pero después de horas de andar caminando por el centro de la ciudad, cansados, con hambre y sed, a mí no me pareció para nada romántica su historia. Como la mayoría de los edificios barrocos de esa época, cuenta con una puerta tallada en madera hermosamente, pero en 1970 el inmueble estaba abandonado así que esta presentaba signos de deterioro. Por una hendidura en ese momento salía una cucaracha empujando un cigarro. Sabiendo que mi madre y mi tía no dirían nada pues el matriarcado era fuerte en la familia, surgió mi habitual carácter rebelde. Se me hizo fácil contar mi historia del inmueble. Comencé así:

“Esta es la casa de Huichi huichi, señalando a la cucaracha, ella vive aquí con su familia. Pero le gusta salir a fumar para no molestar y quiere que nos vayamos a nuestra casa porque está cansada de las visitas. Así que, abuela, ya vámonos porque mi hermanita y mis primos ya están cansados y yo ya me sé muchas historias.”

Me di la media vuelta, tome a mi madre de la mano y la jale para irnos. Mi abuela dijo esta niña y sus cosas. Como al llegar a la casa les conto a mis tías la historia, desde entonces es la casa de HUICHI HUICHI.

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