Calle Delicias 13, Madrid

Calle Delicias 13, Madrid

Primera planta: Pepita, 94 años, Charlie y Fernando, 33 y 35 años; Amaya y Javier, 25 y 28 años. 

Pepita sale al portal a recoger el correo. Ella sabe que ya ha llegado, ha visto al cartero a través de la mirilla, como cada mañana. En el portal se encuentra con Amaya que viene del supermercado. Pepita le comenta que la cadera le sigue dando problemas tras la operación y después le pregunta por la fiesta de anoche.

Amaya baja la voz. No quiere que la escuchen unos vecinos que esperan al ascensor. 

– Era una fiesta en casa de Charlie y Fernando. Llevan un año casados y querían celebrarlo.- Amaya también fue invitada a la fiesta.

– ¡Qué envidia de juventud! – dice Pepita – ¡Un año casados ya! – suspira.- Todavía me acuerdo de Fernandito correteando por la escalera cuando era pequenín.

– Pero Pepita, usted conoce a todos los de la casa – responde riendo Amaya.

– Pues claro niña, soy la vecina más antigua del edificio. Vine aquí en cuanto lo construyeron allá por el año 20, antes de la guerra… – Pepita se queda pensativa.

– Usted debe haber visto muchas cosas.

– No lo sabes tú bien, niña – le contesta Pepita. – Vosotros, como sois nuevos en el edificio no conocéis bien a todos los vecinos pero yo conocí perfectamente a los padres de Fernando.  Aquí tuvieron a Fernando y a su hermana Marta, que vive en la playa con sus padres. Luego Fernando se quedó con este piso y se vino a vivir con Charlie. ¡Querían invitarme a la boda y todo!

– ¿Y fuiste? – pregunta Amaya.

– No, era mucho jaleo ya para mis 94 años.

– ¡Qué va, Pepita! ¡Si estás estupenda!

– No hija, desde que me rompí la cadera ya no me encuentro igual.

Al abrirse la puerta del ascensor aparece Paloma con su perro Cuqui.

– Hola vecinas, ¿qué tal terminaste anoche? – pregunta Paloma a Amaya.

– Muy bien. Me fui solo un poco después de que tú te fueras – responde Amaya.

– ¿Tú también estuviste en la fiesta? ¡Qué pendonas! – les dice Pepita. – Hacéis bien. Disfrutad ahora que sois jóvenes como hice yo cuando era joven.

– Pues sí pepita, eso es lo que hay que hacer – contesta Paloma. – En la fiesta también estuvieron Lucía y Sandra, las chicas del bajo, Carlos el del sexto y Lola la del cuarto. Se fueron enseguida pero pasaron a saludar y a tomarse un copita.

– Pues sí. Charlie y Fernando la montaron buena. Menuda fiesta dieron. Había unas 40 personas – informó Amaya.

– ¡Ay, niñas! ¡Qué pareja más bonita hacen Fernando y Charlie!. Recuerdo cuando vino Charlie aquí por primera vez. Fernando vino a presentármelo. Ya sabéis que me conoce desde pequeño y me quiere mucho.

– ¡Te hizo una presentación oficial! – dijo sonriendo Paloma.

– Pues claro, para eso soy la vecina más antigua del edificio.

FIN

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