Algo así como.. "Nuestro".

Hace año aproximadamente hace desde que como suelo decir yo… el complot entre el alma de tu abuela y mi madre se unieron para ponernos a ambas en el mismo lugar, porque para que entre una gallega del 92 y una malagueña diez años más vieja, sin ningún motivo en común para conocerse, surja esta gran amistad, solo lo obra  una divina casualidad.

Es Málaga, “La Bella”, la  tierra que casi a diario presencia la pureza de nuestra amistad, donde cada fin de semana, en esa concurrida calle, a la altura de su número 9, que alberga ese particular barecito, “BAIRES”,  y que regentado por seductores argentinos, es el lugar índole de nuestras tertulias y locuras, la que acoje nuestra particular definición de ser glamorosas, el eco donde nacen palabras que no reconoce ni recogerá nunca la R.A.E., es donde se fragua el cariño y la complicidad que ambas, a base de risas, tiempo y confesiones, nos hemos implantado mutuamente.

Es curioso como un lugar puede aportar tanto o como, tal vez, somos las personas las que  hacemos  que los lugares sean mágicos.

Esa calle quedará recogida en mis memorias, como definición y símbolo de lo que es una amiga. Será,  “nuestro lugar”….. Madre mía si las paredes hablaran…. en cuantos aprietos nos meterían las de aquella esquina….jajaja.

Que bonito es tener un lugar en el mundo cómplice de tus secretos, término emblemático de recuerdos, un rinconcito donde aprendes ha hablar con la mirada, entender sonrisas que nadie más comprenden, donde se sella lealtad cada vez que vamos allí… es hermoso asignarle un lugar a nuestra amistad.

Osaría a decir que aquel lugar es nuestro vientre común, esa calle nos parió, vio nuestros primeros pasos juntas y hoy por hoy disfruta con nuestra presencia como nosotras sabemos que vamos a disfrutar ese día en cuanto la atravesamos.

Porque simplemente,  si a nuestra amistad hay que ponerle un nombre y asignarle un espacio,  sin lugar a dudas es, CALLE MENDEZ NUÑEZ, MALAGA….

FIN