EL PUENTE DE LOS DESEOS

EL PUENTE DE LOS DESEOS

EL PUENTE DE LOS DESEOS

London Eye byAquí sentada, en el Westminster Bridge, viéndolo como residente y no como turista, todo se ve muy diferente. Todo es muy diferente. Los viajeros, procedentes de todos los rincones del mundo, recorren el puente buscando el encuadre perfecto del London Eye; de día cual corona, de noche intentando resaltar sus luces (que de azules pasaron a rojo Coca-cola, es lo que tiene el patrocinio, y ahora a los colores del arco iris). O, si no, como retratar la mejor silueta del Parlamento y Big Ben, escapando de los enormes andamios que se posan en el Támesis. ¡Y qué no se nos olvide el gaitero! Un posturista hecho y derecho no puede atravesar el puente sin una foto junto al rollizo y rojizo hombre en falda, que me pregunto yo ¿qué tendrán de londinenses las faltas de caftán y las gaitas?

Lo que los turistas no ven entre tanta cámara, teléfono y palo de selfie es que cientos de personas atraviesan el puente en busca de una casa o un trabajo. Londres es la mina de oro, donde todos hemos encontrado trabajo y hemos huido de la crisis; donde, esperamos, hacernos ricos (o, como mínimo, crear un colchón digno); donde, en realidad, nos pasamos más de catorce horas diarias fregando platos por una miseria.

También hay gente que ya tiene trabajo, que va o regresa de él. A esos seTurista con gaitero les reconoce por los raídos zapatos que arrastran y soportan su cansancio. Hay gente, poca, con zapatos brillantes y bonitos (el prototipo de inglés con traje y fabulosos mocasines habrá salido de algún sitio), pero esos no van andando. Esos tienen libras suficientes para permitirse uno de esos elegantes y espaciosos taxis negros o, movidos por la moderna conciencia eco, se mueven en bicicleta. 

Médicos, enfermeras y auxiliares, de eso también se ven muchos; es lo que tiene que al otro lado del puente esté el St. Thoma´s Hospital. Estos los distinguimos por los enormes bidones cargados de cafeína, los zuecos y las ojeras que pasean a juego del omnipresente cielo grisáceo de la ciudad. Pero no son muchos, bastante tienen ellos ya como para meterse en el bullicio de este puente, casi es más rentable y rápido cruzar el río a nado.

Si, definitivamente, si te sientas aquí un rato, puedes ver muchas cosas, y muy diferentes, solo hay que pararse y mirar.

FIN

Big benLondon Eye diurnoLondon eye nocturnomapa

WESTMINSTER BRIDGE

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