Toda mi vida ha transcurrido en esta nave; aquí crecí, junto a mis tutores y éstos se encargaron de enseñarme todo lo que sé, bueno, también mi querido robot Pik me ayudó a comprender los misterios del Universo insondable.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» />
Las enseñanzas que recibí proceden de cientos de yottabytes almacenados en los ordenadores de esta nave, que me han sido presentados, conforme mi edad avanzaba y que durante los 26 horas de cada día he podido ir asimilando y, en ocasiones, me conectaba con otros seres, en naves similares a la mía e intercambiaba con ellos información o actualizaba datos sobre los nuevos planetas descubiertos en cualquier galaxia del Universo conocido.
En toda la información almacenada, algunas veces encontraba reliquias históricas, como cuando, en lo que llamaban televisión, editaban programas que retransmitían la vida íntima diaria de las personas, a todos los seres que quisieran verlas; ahora eso sólo está permitido al grupo de seres que el Consejo de Exploradores destina a ello; también observo muchas imágenes de páginas de lo por entonces llamados periódicos, que eran unos papeles impresos, que se distribuían en las calles, entre las personas y que una vez leídos, se abandonaban en cualquier lugar, creo que era un desperdicio absoluto de medios naturales, actualmente nuestras pantallas nos ofrecen toda la información necesaria, nadie tiene que elaborar noticias, sino que el software implantando en las cámaras, que por millones, pueblan el Universo, nos ofrecen cualquier hecho inusual y nos lo clasifican por índices, teniendo fácilmente accesible siempre, lo que los antiguos humanos llamaban el trending topic , que cambia cada minuto.
Mis padres naturales eran exploradores de asteroides y murieron cuando, explorando uno de estos asteroides, el llamado 3025XJ89, y estando visitando unas cuevas, se produjo un terremoto y fueron sepultados, junto a tres personas de su equipo; sólo pude recibir de mi madres, unas imágenes agonizando, mediante el equipo de comunicación implantado en su brazo, el retraso en recibirlas fue de dos años.
A raíz del fallecimiento de mis padres, el Presidente del Consejo de Exploradores me designó unos tutores, que con cinco años, se hicieron cargo de mí enseñanza y que compaginaron con su trabajo en esta nave.
En esta nave, con mis ordenadores y con los sabios consejos de Pik, puedo recrear cualquier ambiente y cualquier clima de todos los planetas conocidos; puedo oír rugir el viento huracanado producido en los magníficos desiertos de Kachaka y también puedo sentir en mi rostro la fina lluvia de las selvas tropicales del planeta Silos, y todo esto sin moverme de casa; la verdad es que es fantástico, también puedo conocer a las chicas más bellas y simpáticas, pero desde que mis tutores fallecieron, a la prematura edad de 172 años Kagoba y 193 años Sarlo, mi vida ya no ha sido igual; ellos me consolaban cuando estaba triste, ella, algunas noches no se acercaba a la máquina que administraba drogas para dormir y prefería quedarse conmigo, en mi guardia, y simplemente hablar, ellos me curaban las heridas que me producían los soles que circundábamos, sin necesidad de tener que introducirme en esa odiosa máquina que casi todo lo cura, pero no sentir las manos relajantes de Kagoba sobre mis heridas me hace sentir muy solo y a la vez demasiado comunicado, en este inmenso océano de estrellas.
Aunque estoy rodeado de trazos de vida por todas las paredes de la nave, siendo una soledad infinita, el no poder comunicarme con ningún ser en persona, me produce una tristeza que no superar con ninguno de los muchos juguetes electrónicos a mi alcance; nunca he compartido una clase con tros alumnos, nunca he jugado en un patio de recreo, como los antiguos, nunca he podido invitar a mis compañeros de clase a mis cumpleaños, ni recibir sus regalos, ni jugar en esos parques de bolas, con los que me duermo contemplándolos, y ahora, en tres meses y con 67 años, en plena juventud, debo despedirme de esta vida, mi cáncer avanza casi tan rápido como esta nave, pero estoy contento, he diseñado un último servicio al Consejo, he programado la nave para que se estrelle, tres años después de mi muerte, contra un cometa, que impactara contra un planeta, que reúne a los mejores investigadores del Universo y que esta amenazado atrozmente por ese cometa; los últimos momentos de mi vida, serán observados por mis seres queridos, tres años después de mi muerte, pero antes encomendaré mi alma al Dios Tecnológico al que he consagrado mi vida.
FIN
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