Un buen día un caracol arrogante decide buscar los límites de su poder y, llegada la estación seca, en vez de sellar su entrada con el opérculo y retraerse tranquilamente dentro a descansar, olvidando la prudencia de la que, hasta entonces, había hecho gala la evolución de su especie, decide añadir una estría más a su bonita concha nacarada. La Ley del Número de Oro le aplastó. El resto de los miembros de la especie se quedaron fascinados tras contemplar la fastuosidad de la ahora vacía, pero bella, monumental concha de su compañero suicida y, desoyendo no se sabe qué voz, decidieron en masa añadir una estría más a sus familiares conchas nacaradas de toda la vida.
OPINIONES Y COMENTARIOS
comments powered by Disqus