Si hace dieciocho años me habrían hablado de como la tecnología llegaría a avanzar, tal vez le habría contestado que en el 2000 el mundo se iba a acabar y no llegaríamos a conocer eso. Tal vez dada mi gran imaginación, gracias a las películas americanas, habría imaginado algunos avances bastante distintos, como el teletransporte o algún que otro androide asesino, descubrir vida en otros planetas y vernos obligados por la falta de recursos a viajar a dicho planeta o tal vez la paz mundial… en esos tiempos soñaba mucho.

Puede ser por proceder de un país ex-comunista o que mi familia era pobre, o por ambos motivos, que los avances tecnológicos que conocía personalmente, además de los vistos en las películas americanas, que en mi opinión eran poco fiables, eran mis dos televisores.

Uno de ellos era monocromático y que al decidir estropearse lo hizo para siempre. Encontrarle una pieza de recambio suponía hurgar en algún museo, aunque no aseguraría que tuvieran ese modelo en concreto o que tuvieras éxito en tu búsqueda.

Más tarde llegaría la tele a color que llegó con el reproductor de video que nos prestó mi primo junto a los videos, recuerdo haber visto “Terminator” y temía que las maquinas quisieran aniquilarnos en un futuro próximo.

Por último, y no necesariamente en este orden, la gameboy que nos prestaron en una ocasión unos amigos de la familia y que tan amablemente devolvimos meses después de haberle dado un bueno uso y estropeado un mando.

Luego, conocí el ordenador gracias al colegio, pero debo reconocer que lo veía como la prolongación de la gameboy. Seguro que el saber que algún día llegaría a hacer algo mas que jugar al solitario o a explotar minas habrían logrado que muestre más interés, pero para mi la única tecnología que me preocupaba era la televisión que había llegado a estropearse otra vez.

Recuerdo que en una ocasión leí en un articulo que afirmaba que habían logrado usar un «celular» en África. Era pequeña, en ese momento, era cuando estudiaba biología, así que eso me sonó a alguna especie de célula móvil que los americanos habrían inventado, por supuesto para remediar la hambruna de África. Nótese que no llegué a leer el articulo hasta el final.

Hoy la tecnología ha logrado que tengamos teléfonos provistos de tantas aplicaciones que no hay quien se aprenda los nombres.

Si me hubiesen preguntado que entendía por androide, habría respondido que era un robot medio humano decidido a acabar con la humanidad. Hoy en día todos sabemos gracias al bombardeo publicitario que es un sistema operativo para móvil y iphone, y nada tiene de humano, tal vez la mano de obra, o el sitio en el cual ha sido fabricado, es decir “made in China”. Aunque todavía dudo de si se podría usar para destrozar a la humanidad, o si alguien se acuerda de su procedencia.

Sin embargo y después de tanto tiempo y tecnología junta, muchas de nuestras madres, todavía saben sólo lo básico, lo que es llamar y recibir llamadas. Si decides mandarle un mensaje diciendo que llegas tarde, nunca sabrá que lo has mandado, y si se lo enseñas dirá que lo has hecho con intención de sabotaje.

En esos tiempos la tecnología de la cual disponíamos era la mínima, y cara. Si el televisor se te estropeaba, ibas al técnico y te la arreglaba, y era un precio asequible.

Mi familia era pobre y no podía permitirse arreglarlo siempre que se estropeaba, así que en muchas ocasiones vi medio Dragon Ball o a Sailor Moon solo la escuchábamos, como la radio pero nosotros lo hacíamos a lo grande, pues nuestra tele era grande, tecnología alemana, aunque eso no le sirvió de mucho.

Si alguien me hubiese contado que unos años después te resultaría mas económico comprar una tele nueva que ir al técnico a que la arreglen me habría inventado una maquina del tiempo o habría hecho planes para ello. Tendría que añadir que con el avance tecnológico la tele de hoy la tienes de plasma, supongo que de haber escuchado esto lo habría asociado con el celular, otro avance tecnológico para solucionar el hambre en Africa.

Y para acabar, Internet. La herramienta usada por todos y que se ha hecho indispensable a la hora de buscar cualquier información. También ayuda con los trabajos universitarios. Si bien es cierto que no te ayudará a aprobar el examen, pero te ayuda a aprobar la parte práctica.

En Internet, encuentras a tus amigos, ya no es necesario verlos cara a cara, con una video llamada puedes verlos y hablar con ellos. ¿Quien hubiera soñado hace años que estando solo y encerrado en una habitación uno podría tener un mundo tan extenso para explorar? La única forma que teníamos para hacerlo era leyendo. Ahora si miras en Google Maps si te lo propones puedes ver hasta la última isla de la Polinesia Británica, aunque generalmente, nos resulta más interesante buscar a ver si el edificio en el cual vivimos se ve desde el satélite, nunca subestimes el poder del aburrimiento.

Antes, solíamos quedar con nuestros amigos para jugar, y si llovía nos las arreglábamos para meternos en algún sitio para que no nos de la lluvia y hablábamos, pues no quedaba margen para mucho más. Hoy quedan para jugar con un niño hacker de Alemania otro de china y tal vez algún japones, y lo hacen en el ordenador, aprovechando las posibilidades infinitas del Internet.

Lo bueno de esto, es que aprenden el inglés, y de paso no acaban con pulmonía. Eso si, revientan la balanza y su vida social es casi inexistente, si excluimos al niño alemán, al chino y al japones, y si les pides que escriban en castellano puedes santiguarte y si eres su profesora de lengua plantearte dimitir.

¿Cual sería mi diagnóstico para el futuro, sin intentar entrar en las posibles políticas futuras o el agotamiento de los recursos naturales? Pienso que la tecnología acabará gobernando el mundo y las máquinas nos gobernarán a nosotros. Los avances serán cada vez mayores y disparatados, la tecnología nos regirá y le guardaremos culto a ese dios que nos hará incapaces de comprender un mundo sin ella.

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