JULIETTA EN EL PARAÍSO

JULIETTA EN EL PARAÍSO

Goar Ronca

31/01/2013

Julietta brincó del susto. La alarma sonaba con un timbre diferente. ¿Qué coños?, pensó. Le tomó un minuto reaccionar y decir “ M71 – apagar alarma. M71- aproximar”. La pantalla se acercó por el aire hasta colocarse a unos cuantos centímetros de ella. Julietta movió los dedos como dirigiendo una orquesta para maniobrar una variedad de archivos que se iban desprendiendo en el aire. Tenía varios de ellos con el título de “pendientes”. Los abriré después, pensó. Inmediatamente, algo le llamó la atención. Uno de los correos tenía como título Gobierno del Estado.

Julietta no podía creer lo que veía. ¿Acaso sería lo que pensaba? Como si fuera a pinchar un globo, arrimó su dedo índice a la pantalla y punzó el título. ¡No lo podía creer! ¡M71- Llamar a mamá!, gritó una extasiada Julietta. Eran las cuatro de la mañana y posiblemente se encontraba viajando en un profundo sueño, pero eso no le importaba. Necesitaba darle las noticias cuanto antes.

-¿Sí? Respondió la agitada voz de su madre.

– Me ha llegado el correo. ¡Finalmente es mi turno!

El silencio se hizo presente por unos segundos.

-M71: activar videocámara. ¡Actívala tú también, mami!

La cara de su madre se manifestó repentinamente. Dos lágrimas caían pesada y dudosamente en sus arrugadas mejillas.

–  Así que te vas.

–  Así es. He esperado esto por años. ¿Ya era hora no crees?

–  No me hables como si fuéramos a festejar tu cumpleaños. Sabes lo que pienso de esto. No estás actuando de manera racional.

–  ¿Racional? En estos tiempos, ¿Qué es racional?. Madre, lo siento, pero tú perteneces a otra época. Yo nací en la era de la tecnología, de las oportunidades, de la perfección. Es un viaje que he decidido tomar. Es algo que se me fue regalado divinamente.

–  ¿Divinamente, dices? ¿Qué tiene esto de divino? El señor nos dio la vida para luchar. Sacrificó la suya para darnos el ejemplo, para darnos una segunda oportunidad de vivir y de crear. Dios…

–  Dios me lo ha dado madre. Yo creo en él. Me lo ha dado el Dios de la tecnología.

La anciana mujer se tapó la boca con las manos. Le era imposible procesar lo que su hija decía. Colgó inmediatamente.

No tenía tiempo de ponerse sentimental. Tenía que salir de casa cuanto antes. Si se apresuraba, alcanzaría el registro de esa misma noche. El bunker estaba en movimiento las 24 horas del día, y ella no esperaría más.

Dejó como estaba indicado, el testamento que se exigía únicamente para dirigirlo a “los quedados” Aquellos que decidían permanecer sin el apoyo del gobierno como la madre de Julietta. 

La fila era larga. Doscientas personas se encontraban ansiosas en la fila. Unos hombres vestidos en trajes de spandex negro y de unos dos metros de altura, rondaban por ella asegurándose que todos trajeran el chip que la hacía de código de entrada.

-No son hombres. Son ellos… nuestros ángeles guardianes, contestó un hombre de unos setenta años de edad. Sus ojos azules resplandecían con el movimiento de las lágrimas que se pavoneaban dentro de sus ojos.

-¿Qué guardianes?, preguntó.

– Los robots humanoides, dijo en susurros.

Julietta vio como uno se acercaba a ellos. Su caminado era preciso, controlado, con un andar que le parecía retorcidamente sexy. Los humanoides la intimidaban.

-Su chip, dijo extendiendo la mano.

Se lo dio con cierto temblor y esperó a que este lo revisara.

-Bienvenida, le dijo mientras se aproximaba al señor de los ojos azules.

Pasaron aproximadamente dos horas hasta que llegó el turno de Julietta. Adiós, volteó para abrazar al hombre que le seguía. Que tenga buena vida, le dijo sonriendo y soltando una lágrima..

El ascensor métalico de luces leds azules se detuvo finalmente. Al bajar, no pudo evitar hacer un ruido de asombro.Era un bunker con cientos de “huevos” de dos metros y medio que aparentaban estar empollando. Al llegar al suyo observó lo que parecía una lápida con su nombre.

Julietta Socerte – [2012- 2052]

Desnúdese. Le dijo el humanoide.

– ¿Enfrente de usted?

El humanoide no se movió haciendo de ese acto la respuesta a su pregunta.

Se desnudó tímidamente, hasta ponerse el traje de spandex azul eléctrico, que a diferencia del de él, dejaba manos, pies, y cabeza libres.

–  Entre, le ordenó.

La manera en la que se acomodaba la obligaba a quedar en posición fetal. Era como volver al inicio de su vida. La temperatura empezó a bajar. Dos tubos se aproximaron hasta pinchar fuertemente en el pecho a Julietta Socerte. Todo se nubló.

Bienvenida a una aventura mágica…al paraíso tecnológico. Las innovaciones nos han traído a este punto histórico. Hemos encontrado nuevas fuentes de energía, las cuales serán manejadas por androides que cuidarán de usted mientras disfruta en la comodidad de su propio universo. Usted forma parte de una sociedad con una nueva filosofía e ideología. Hemos llegado más allá de lo jamás pensado. Logramos erradicar la pobreza y terminar con las enfermedades. Su vida y nuestro futuro, eran nuestra responsabilidad. Gracias por ser parte de nuestro éxito. Que tenga la mejor de las vidas.

  Una pantalla se encendió y en ella se encontraba su fotografía. Se veía feliz. Finalmente saludable y feliz. Por otro lado se veía la imagen de un hombre. Este se iba modificando hasta que quedó como el hombre de sus sueños. Después de años de haber sido monitoreada, se habían almacenado todos los gustos que ella tenía. Su vida de ahora en adelante, sería un imaginario. Viviría de esta manera hasta que el mundo decidiera dejar de existir en este sistema solar. Los androides vigilarían que los “quedados” no irrumpieran en los Bunkers, y esperarían a que cada uno de ellos murieran, para permanecer, al igual que los privilegiados, esperando a que el mundo dejara de existir.

“Activar vida de Julietta en 1…2…3..”

-¡No! Gritó Julietta desesperada. Se levantó de un golpe, sudada y sin respirar. Todo había sido un sueño. Recordó la plática que había tenido ese día con su profesor. Entonces se preguntó ¿Quisiera volver a mi sueño o preferiría quedarme aquí?

Tomó el teléfono y me llamó. Me lo contó todo.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS

comments powered by Disqus