EL INEXPLICABLE MILAGRO DEL SAMSUNG XXLZ666

Nadie en absoluto sabía cómo el malogrado Didac Adaver había conseguido reunir tan enorme fortuna en tan poco tiempo. Ni siquiera su socio y amigo de toda la vida D. Felip Arásito .
Modesta Varienta, la amada esposa de D. Didac Adaver , sus afligidos hijos y los más cercanos familiares llenaban la primera fila de la capilla número 10 del Tanatorio de La Ronda de Dalt de Barcelona. Frente a ellos, el sacerdote empezaba a encomendar al Todopoderoso el alma del pobre Didac,  que yacía dentro de un féretro de madera noble sellado con una preciosa cruz del Santo Cristo crucificado. Tras ellos, una considerable congregación de personas que asistían al adiós terrenal de Didac murmuraban y trasteaban con su teléfonos móviles, para ponerlos en modo silencio,  mientras el embajador de Dios se disponía a oficiar los responsos que debían facilitar el acceso de Jordi al Reino de los Cielos.
.-Nos hemos reunido aquí,– dijo el sacerdote con autoridad- los familiares, amigos y conocidos de Jordi para ofrecer una despedida cristiana de..
.- Piiiribiii-piribibibiiii, -ri-ri  – sonó a modo de cancioncilla  interrumpiendo al sacerdote-
.-Agradecería, en respeto a la familia y a la memoria de..- -dijo el sacerdote retomando la palabra-
.-Piiribbiiiii, piribibibi-bi-bi,  volvió a sonar con descaro e insistencia la melodía que ahora parecía querer entonar las notas del Bolero de Ravel –
Dña. Modesta miró con indignación a su alrededor, buscando al propietario de lo que parecía ser el timbre de un móvil.
.- ¡Parece mentira! –comentó mirando a su hijo mayor- Tan importante será esa llamada, que no puede ni respetar el descanso de un difunto..¿eh?
.- ¡En qué mundo vivimos hijo mío! –Exclamó Dña. Modesta entre sollozos llevándose un pañuelo a los ojos-
Los cinco hijos de Didac Adaver, indignados, dirigieron sus miradas hacia el cura, de donde parecía que provenía la sacrílega melodía del móvil.
.-A mí no me miren – dijo el sacerdote- que yo no soy.
D Felip Arásito, socio y amigo de Jordi Funto, se acercó a la indignada viuda desde la tercera fila de la capilla.
.-¿Alguien ha recogido el móvil de Jordi? –preguntó D. Felip, acercando su boca al pabellón auditivo de Dña. Modesta–
.-¡Dios Santo! – exclamó Dña Modesta tapándose la boca con su mano -¿no me dirás que es el móvil de Didac, que está sonando dentro del ataúd?
.-Pues ya podéis ir sacándolo,- respondió D. Felip mirando ahora a los hijos de Jordi -. Si es que queréis acceder a las cuentas numeradas de vuestro padre, porque ahí están todas las claves de los depósitos de Suiza. Y os digo más, si se agota la batería..¿eh? ¡A ver como lo conectamos! . Porque vuestro padre era tan desconfiado que sólo él sabía el PIN. Yo mis contraseñas me las sé, pero las de él…¡ni flores!

.-Si la batería de ese teléfono se muere-  continuó D. Felip Arásito- te puedes olvidar de toda la pasta. ¿Me explico con claridad Modesta? Te quedas con las Preferentes de la Caixa Galicia y la subordinada de La Caixa y los cuatro duros del Popular. Ni un céntimo más.<?xml:namespace prefix = o ns = «urn:schemas-microsoft-com:office:office» />

.-¿Cómo se os ocurre dejar el móvil con el muerto so tontos? –remató Felip-  ¡Familia de sapastres!  ¿Qué pretendíais? ¿Icinerar el teléfono?
Ante la estupefacción del sacerdote, las caras de profunda indignación de la viuda e hijos de Didac, se desvanecieron. Cesaron los lloros y las lágrimas y en menos de que canta un gallo estaban los tres hijos y las dos hijas forcejeando con el féretro para abrirlo. Marta, la hija pequeña de Didac, con gran soltura, logró vencer la resistencia del cura y hacerse con el Cáliz. Después de hacer palanca con el objeto litúrgico, logró abrir el ataud y con la agilidad de un felino, en un instante la hija pequeña de D. Didac tenía el móvil de última generación en una mano y el micrófono del sacerdote en la otra solicitando por piedad y en recuerdo de la memoria de su padre, un cargador de Samsung Mod XXLZ 666 a alguno de los asistentes. Algo sumamente difícil considerando la exclusividad del teléfono.

Dña Modesta se quedó blanca como el papel. Su posición social, su dignidad y la fortuna familiar, estaba en manos de un aparato que ni siquiera sabía hacer funcionar.

Consciente de que sólo un milagro podría salvar la situación, la desconsolada viuda,  se encomendó con piedad a Santa Penélope para que facilitara el prodigio de que apareciera un cargador y preservara la fortuna familiar. Salió del banco de sillas, se arrodilló delante un crucifijo y comenzó a gemir implorando piedad.

.-¡Santa Penélope! – gritaba Dña. Modesta- ¡Haz que aparezca un cargador para el aparato de mi marido! Y a continuación rezaba un rosario entero. Yo te haré santa de todos los móviles, ordenadores de mesa y portátiles, de Play Station en todas sus gamas, Nintendos  y  Wi is.  .-¡¡CADA VEZ!! – imploraba Dña. Modesta-  que a alguien se le caiga la línea o le entre un virus se encomendará a ti. ¡Serás la más poderosa de todos los Santos del Cielo!   Y fue en ese momento de gran desesperación cuando se produjo el tan deseado milagro. Delante de los gritos desgarradores de Marta, implorando por un cargador para el móvil de su difunto padre, un celador levantó la mano y dejó ver un enchufe con un largo cordón.

 Gracias a la intervención  divina en la  reputada y piadosa familia  Adáver-Varienta, estirpe hacedora de héroes y santos  para que  hoy día tengamos en la Corte Celestial alguien que interceda en el auxilio de las nuevas tecnologías.  Y si Dios proporciona  salud suficiente a Dña. Modesta,  pronto se inaugurará un suntuoso templo en L´Eixample, en honor al fallecido D. Didac Adáver, ya que gracias a él se produjo el milagro. Será consagrado a Santa Penélope, gozará de todos los adelantos tecnológicos y los fieles más vanguardistas podrán rezar e invocar a su Santa Patrona, en la seguridad de que pronto será reconocida en todo su mérito por Dios y extenderá la veneración a Santa Penélope y las nuevas tecnologías a toda la cristiandad.

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