Pii Piii Era un Whatsapp de Helena

Helena: Está tarde a las cuatro donde siempre. He quedado con Rebeca y sus amigos en Chamartín, no llegues tarde.

Sabia que ese día era especial, no sabía porque, pero veía un brillo mágico en mis ojos. Cuando me miraba al espejo me veía diferente, había algo especial en mi y no lograba saber el qué era.

Cuando me dirigía de camino donde había quedado con Helena, podía notar como todas las miradas de la gente se centraban en mi. ¿Tendré algo raro?, es bastante incomodo cuando vas caminando por la calle y todo el mundo te mira. Yo empiezo a obsesionarme. Cuando llegue al punto de encuentro allí estaba Helena esperándome. Lucía un precioso vestido de color azul celeste hasta las rodillas, le dejaba ver la bonita silueta de su cuerpo.

-¡Estás preciosa!- exclamó Helena

-Gracias- contesté

Cuando llegamos a Chamartín había más gente de la que esperábamos. Los chicos no eran muy atractivos pero hubo uno que me llamo mucho la atención se llamaba Roberto, apenas nos presentaron, pero si que hubo un cruce de miradas.

Era un chico alto, con el color de pelo castaño, unos ojos de un color marrón profundo y era fuerte. Estaba todo el rato al lado de una moto, que luego supe que era suya. Apenas intercambiamos palabra, hasta que me decidí y le dije

-¡Dame una vuelta!- exclamé con una sonrisa

-No- dijo rotundamente

-¡Te arrepentirás!-exclamé por segunda vez y cogí mi bebida me levante y me fui a la parte donde estaba Helena.

Me siguió mirando toda la tarde, y yo le seguí el juego.

Llegó la hora de irnos, he de reconocer que tenía la esperanza de que Roberto se hubiera acercado a mi para hablar conmigo, pero no lo hizo y yo tampoco. 

Cuando llegue a casa como habitualmente encendí el ordenador para charlar un poco con mis amigos en Facebook y ya así hacer   planes para el día siguiente.

Cuando abrí Facebook me encontré con un mensaje privado.

Roberto : ¡ Te has ido sin despedirte!

A lo que enseguida contesté

Ellie: ¡Y tú sin darme una vuelta en tu moto!

Roberto: No tengo tiempo para esas tonterías.

Roberto: ¿ No piensas agregarme? Vamos, ¡No te piques!

Ellie: ¿Yo? ¿ Estás de coña? Tienes que ganártelo, estoy enfadada no me has dado una vuelta en tu moto.

Roberto: ¿Qué pretendes que haga?

Ellie: Mañana nos vamos todos al Pantano de San Juan, si vienes alomejor ¡Te perdono!

Roberto:¿Cómo que alomejor? ¿A que hora habéis quedado?

Ellie: A las 8 en Principe Pio enfrente de la terminal de autobuses. Sé puntual. Me tengo que ir. Mañana nos vemos un beso guapo.

Helena: ¿En serio? ¿Cómo ha conseguido tu Facebook?

Ellie: Ni idea tía… quizás se lo haya dado Rebeca.

Ellie: ¡NOTICIÓN! Se viene mañana al pantano, le he dicho que este allí a las ocho…

Helena: ¿¿A las ocho?? Jajajaja que mala eres,¿ Tú crees que va a estar esperándonos tres horas?

Ellie: Jajaja más le vale. Te dejo que voy a preparar lo de mañana. ¡Muak!

Mañana sería un gran día Roberto vendría al pantano y allí podríamos conocernos mejor. Pero no estaba segura si estaría tres horas allí, esperándonos. 

El día amaneció soleado, me preparé un café, eran las ocho y media, Roberto estaría en la estación ya. Encendí el ordenador y tenía cuatro mensajes sin leer. Eran de Roberto

Roberto: ¿Dónde estáis? 

Roberto:No estoy seguro si estamos en la misma terminal, es la uno verdad?

Roberto: No os encuentro por ningún lado y no tengo tu teléfono.

Roberto: Estas ahí?

Ellie: Bueno días, perdónanos, estamos de camino, en diez minutos estamos allí, ten paciencia por favor. Hasta ahora!

Las once, llegamos a la terminal y estaban todos menos Roberto, me lo imaginaba se ha cansado de esperar y se ha marchado. Soy tonta…

Cuando de repente alguien me tapa los ojos

-¿ Te crees muy graciosa verdad? Que carita de tonta que tenias cuando no me has visto aquí, tenía que haberte echo una foto.- dijo en tono de burla

– Jajaja no, mejor la tuya de estar aquí esperando tres horas, jajaja- no podía parar de reír.

-Estás perdonado, ¿Contento?-le dije

-Vamos corre, ¡ Es ese autobús!- dijo Helena

– ¿ Bromeas? Ella se viene conmigo en moto- dijo en un tono desafiante

-¿ Y eso quien lo ha decidido? ¿Tú?- pregunté

-Vamos tontita, te lo vas a pasar bien, ¿No querías una vuelta?- rió

Me despedí de Helena, nos veríamos todos allí. Estube a punto de darle la mochila, pero llevaba todo ahí dentro. Seguí a Roberto hasta la puerta, allí tenía su moto con dos cascos apoyados. Nos subimos a la moto, pero había un problema con mi casco, el broche de dentro estaba roto.

-¡Oye tú! ¿No pretenderás que vaya con un casco roto verdad?¿Qué es una de tus bromas?-dije

-Voy a ir despacio, no te preocupes, confía en mi.

No debí hacerle caso, pero lo hice.

Era alucinante ver Madrid en una moto, todo se veía diferente. Estaba feliz, estaba con el. Entramos en carretera, nos fuimos recorriendo todos los pueblos, no había un alma. La carretera iba desierta. 

Paramos en un lado de la carretera, no me encontraba bien, estaba un poco mareada.

-¿Éstas bien?¿No me digas que ahora te dan miedo las motos?-me pregunto agarrándome a la vez por la cintura 

-No, es solo que vas un poco rápido-contesté.

Tomé un poco de aire, me relajé y volvimos a subirnos en la moto. Presentía algo, no soy una persona que tenga miedo a las motos pero esas motos me hacen sentirme insegura, tenia que ir tumbada agarrándole pero las manos me sudaban, notaba como me iba soltando, el aire me hacia ir hacia detrás e ir soltándome más, hasta que caí, caí al arcén, y lo peor escuche su caída, el miró hacia atrás, no cogió bien la curva y choco cayendo el también al suelo. Notaba como había algo que me quemaba en la pierna, podía ver toda la sangre en el suelo, tenía la ropa destrozada, rota, me había quemado la piel, podía ver las heridas. No podía levantarme, no pasaba nadie para pedir ayuda, necesitaba mi móvil. Roberto estaba inconsciente. Me arrastré hasta donde estaba mi mochila, cogí mi móvil y llamé a una ambulancia. 

-¡Roberto!- grité con todas mis fuerzas

-¡Roberto!-volví a gritar

No obtuve respuesta.

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