Mi hogar es el templo del » dios Tecnología».
En el vaivén de un día familiar conviven Ipods, tablets, notebooks, ordenadores, teléfonos celulares, televisores, playstations, con los siete integrantes de esta casa.
Cada objeto tecnológico que está conectado a una red mágica e invisible, permite comunicarse en todo momento y ante cualquier situación; en especial en este período veraniego de vacaciones eternas donde fluyen los amigos, primos, vecinos ( que acarrean más objetos para el altar) y se divierten, pelean, bromean, se informan, se entretienen a través de cada componente del templo.
Me pregunto, cómo sobrevivíamos en nuestra adolescencia sin contar con este maravilloso mundo que alaba al dios Tecnología?.
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